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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
entre creyentes e incrédulos está prohibido por Dios. Pero, muy a
menudo, el corazón inconverso sigue sus propios deseos y así se
forman matrimonios que no han sido aprobados por Dios. A causa
de esto, muchos hombres y mujeres están en el mundo sin esperanza
y sin Dios. Sus nobles aspiraciones se han muerto; están presos en
la red satánica por una cadena de circunstancias.—
The Review and
Herald, 1 de febrero de 1906
.
Las demandas de Dios en primer lugar
—Aunque el compa-
ñero de su elección fuese digno en todos los demás aspectos (y me
consta que no lo es), no ha aceptado la verdad para este tiempo; es
incrédulo, y el Cielo le prohíbe unirse a él. Ud. no puede, sin peligro
para su alma, despreciar esta recomendación divina... Unirse con
un incrédulo es colocarse en el terreno de Satanás. Ud. agravia al
Espíritu de Dios y pierde el derecho a su protección. ¿Puede incurrir
en tales desventajas mientras pelea la batalla por la vida eterna? Tal
vez, Ud. diga: “Pero yo he dado mi promesa, ¿debo retractarme?”
Le contesto: Si Ud. ha hecho una promesa contraria a las Sagradas
Escrituras, por lo que más quiera, retráctese sin dilación, y con hu-
mildad delante de Dios arrepiéntase de la infatuación que la indujo
a hacer una promesa tan temeraria. Es mucho mejor retirar una pro-
mesa tal, en el temor de Dios, que cumplirla y por ello deshonrar a
su Hacedor.—
Joyas de los Testimonios 2:121, 122
.
En su Palabra, el Señor ha dejado a su pueblo instrucciones claras
en cuanto a no unirse con los que no poseen su amor y temor. Tales
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compañeros raramente se satisfarán con el amor y el respeto que les
corresponde. Tratarán constantemente de obtener una promesa de
parte del esposo o la esposa temerosos de Dios, que los comprometa
a desatender los requerimientos divinos. Para un esposo piadoso
y para la iglesia con la cual éste se halle conectado, una esposa
o un amigo mundanos son como un espía en el campamento: se
mantendrán observando cualquier oportunidad para traicionar al
siervo de Cristo y exponerlo a los ataques del enemigo.
Satanás trata constantemente de fortalecer su poder sobre el
pueblo de Dios induciéndolo a entrar en alianzas con las huestes de
las tinieblas.—
The Signs of the Times, 6 de octubre de 1881
.
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