Página 196 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
derecho legal para unir sus intereses con los suyos, ni Ud. con los
de él. Pero hay algo que está definido: No puedo asociarme con
ninguno de Uds. si dan el paso, porque veo el asunto a la luz de las
Escrituras, y ella condenan esa unión. Quisiera, pues, que ambos
entiendan que, de acuerdo con la luz que Dios me ha dado relacio-
nada con el pasado y el presente, no puedo pensar en emplearlos a
ninguno de los dos si dan el paso hacia la unión.
Estoy asombrada de que ni siquiera por un momento Ud. haya
reflexionado en su conducta, y deposite su afecto en un hombre
casado que abandonó a su esposa y a sus hijos. Le aconsejo que
exponga sus ideas y planes ante los que ocupan responsabilidades
para recibir el consejo de ellos, y les dé la oportunidad de mostrarle,
de acuerdo con la Ley de Dios, el error en el cual ha caído. Ambos
han quebrantado la ley solamente con pensar que pueden unirse en
matrimonio. Debieron haber rechazado la idea cuando surgió, ante
la primera sugerencia.—
Carta 14, 1895
, (23 de noviembre de 1895).
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Carta a James Edson White
—Surgió en mí la angustia a causa
de otros asuntos que se estaban desarrollando y haciéndose manifies-
tos, y que me produjeron una terrible tensión. Se trata de la intimidad
entre W. F. C. y [Fannie]. Les he hablado de todos los peligros que
pueden correr, pero ellos los niegan a todos. Sin embargo, en las
reuniones que se realizaron en Melbourne, Fannie reconoció que
amaba a W. F. C., y que él la amaba a ella. Traté de presentarles
el asunto con todas sus implicaciones. La esposa de W. F. C. vive.
Recientemente obtuvo el divorcio. El la dejó y se fue durante tres
años. Fannie me dijo que ella ha estado orando para que, si era
correcto, pudiera casarse con W. F. C. porque su esposa podría obte-
ner el divorcio. ¡Qué ceguera les sobreviene a quienes comienzan
a apartarse del proceder correcto! Ambos han llegado a pensar que
pueden unirse en matrimonio y que, unidos, también podrán llevar
adelante el trabajo conmigo. Suponen que la administración de todos
mis asuntos podría estar en sus manos. Les dije que no. Tal paso los
separaría de mí para siempre, puesto que W. F. C. no tiene derecho
moral [para casarse].—
Carta 123a, 1895
, (9 de deciembre de 1895).
Tercera apelación a W. F. C
—Me siento muy acongojada cuan-
do me pongo a recordar lo pasado, y por las informaciones que recibo
por medio del Espíritu de Dios. Tengo un mensaje bien definido
para Ud., hermano C. Hace sólo un par de años recibí luz particular