Página 232 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Capítulo 39—Los miembros de iglesia y el adulterio
Temprana declaración de Elena de White
—El Señor nos trajo
labor de espíritu el primer día de la semana [domingo 5 de febrero
de 1854], y mientras estábamos ocupados en la oración ferviente fui
llevada en visión y pude ver la condición de algunos que profesan
ser el Israel de Dios. Me fue mostrada la situación de muchos en la
reunión de Oswego. Vi que estaban estorbando el avance de la obra
de Dios, particularmente en Caughdenoy. Vi que el desagrado de
Dios pesaba sobre ellos, como también sobre algunos en Roosevelt.
Dijo el ángel: “El hacha ha sido puesta a la raíz del árbol”.
Quienes se han gratificado en las bajas pasiones del corazón, se han
hecho miembros de la iglesia. Si Dios hubiera puesto al hermano
Roosevelt como supervisor de la grey, él habría podido ver el mal
y la corrupción que existe en medio del pueblo de Dios. Pero el
hacha no ha sido puesta a la raíz del árbol. Dios no ha mudado
ni cambiado. Es un Dios celoso, y no considerará ahora el pecado
con mayor concesión que la que ejerció sobre el antiguo Israel. El
pecado es pecado. El pecado no ha sido considerado en toda su
pecaminosidad, más bien se lo ha hecho aparecer como si fuera cosa
liviana para Dios.
Un enorme pecado
—Me fue mostrado que el séptimo manda-
miento ha sido violado por algunos que son considerados como
miembros de iglesia. Esto ha traído sobre ellos el desagrado de Dios.
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Este es un pecado horrible en estos últimos días, pero la iglesia [los
miembros] ha atraído el desagrado y la maldición de Dios sobre ella
por considerar ese pecado tan livianamente. Vi que se trata de un
pecado enorme y que no se ha llevado a cabo un esfuerzo vigilante
como el que debería haberse hecho para no ocasionar el desagrado
de Dios y evitar su desaprobación, mediante una disciplina estricta
hacia el ofensor.
Ello ha producido una influencia terrible y corrupta sobre las
jóvenes. Han visto cuán livianamente ha sido considerado el pecado
de quebrantar el séptimo mandamiento. El que ha cometido este
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