Página 246 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
Resultado de la frialdad y la negligencia
—Pero entre noso-
tros como pueblo hace falta una simpatía profunda y ferviente, que
conmueva el alma, y necesitamos tener amor por los tentados y los
que yerran. Muchos han manifestado gran frialdad y la negligencia
pecaminosa que Cristo representó por el hombre que pasó de largo
[parábola del buen samaritano]; se han mantenido tan alejados como
podían de aquellos que necesitan ayuda. El alma recién convertida
tiene con frecuencia fieros conflictos con costumbres arraigadas, o
con alguna forma especial de tentación y, siendo vencida por alguna
pasión o tendencia dominante, comete a veces una indiscreción o
un mal verdadero. Entonces es cuando se requieren energía, tacto y
sabiduría de parte de sus hermanos, para que pueda serle devuelta
la salud espiritual. A tales casos se aplican las instrucciones de la
[295]
Palabra de Dios: “Hermanos, si alguno fuere tomado en alguna falta,
vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de man-
sedumbre; considerándote a ti mismo, porque tú no seas también
tentado”. “Así que, los que somos más firmes debemos sobrellevar
las flaquezas de los flacos, y no agradarnos a nosotros mismos”
Gálatas 6:1
;
Romanos 15:1
.
¡Pero cuán poco de la compasiva ternura de Cristo manifiestan
los que profesan seguirlo! Cuando uno yerra, con frecuencia los otros
se sienten con libertad para hacer aparecer el caso tan malo como
sea posible. Los que son tal vez culpables de pecados tan grandes en
otra dirección tratan a su hermano con severidad cruel. Los errores
cometidos por ignorancia, irreflexión o debilidad son exagerados
hasta presentarse como pecados voluntarios y premeditados. Al ver a
las almas que se extravían, algunos se cruzan de brazos y dicen: “Ya
le dije. Sabía que no se podía fiar en ellas”. Así adoptan la actitud
de Satanás, regocijándose en espíritu de que sus malas sospechas
resultaron correctas.—
Joyas de los Testimonios 2:247, 248
.
Amor por los que yerran
—No estamos todos organizados de
la misma manera, y muchos no han sido educados correctamente.
Su educación ha sido deficiente. A algunos se les ha trasmitido un
temperamento rápido y no se les ha enseñado dominio propio en
la niñez. Al temperamento fogoso se les une, frecuentemente, la
envidia y los celos. Otros son deficientes en otras áreas. Algunos son
deshonestos en los negocios, astutos en sus transacciones. Otros son
arbitrarios con sus familias: les gusta regir. Sus vidas distan mucho