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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
no han vivido para Uds. mismos, sino para Aquel a quien aman y a
quien sirven y adoran.—
Carta 74a, 1897
.
Consejo dado a J. N. Andrews
—Le aconsejé que se casara
antes que volviera últimamente a Europa, por las siguientes razones:
En primer lugar, porque Ud. necesitaba de una esposa que lo cuidara,
y porque no debería haber llevado su familia a Europa sin una buena
compañera, que pudiera ser una madre para sus hijos, para que éstos
no llevaran, en todo, la estampa de su mente y fueran modelados
de acuerdo con sus ideas. Su mente no está totalmente equilibrada.
Necesita introducir otro elemento en su labor, que Ud. no posee, y
que no considera esencial...
Sus ideas respecto a que tiene que continuar su viudez han sido
erróneas. Pero acerca de este asunto no diré nada más. La influencia
de una mujer noble, cristiana y capaz, podría servirlre para contra-
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rrestar algunas tendencias de su mente. Su capacidad de concentra-
ción, la luz intensa bajo la cual Ud. ve todo lo que tenga carácter
religioso, lo ha conducido a la depresión, y le ha impuesto una carga
de ansiedad que lo ha debilitado física y mentalmente. Si Ud. se
hubiera unido con alguien que poseyera sentimientos opuestos, que
tuviera la habilidad de desviar sus pensamientos de los asuntos som-
bríos, que no perdiera su individualidad, que supiera mantener su
identidad y fuera capaz de ejercer una influencia modeladora sobre
su mente, habría podido contar con fortaleza física y la capacidad
para resistir la enfermedad.—
Carta 9, 1883
.
Ud. recordará que le escribí desde Texas aconsejándole que
consiguiera esposa antes de retornar a Europa. ¿Imagina Ud. que
le hubiera dado tal consejo si no hubiera sido iluminada sobre el
asunto? Ud. puede estar seguro de que no le hubiera dado tal consejo
si no hubiera tenido buenas razones. Me fue mostrado que Ud.
sigue su propio juicio y sus propias ideas con mucha tenacidad.
Si estuviera más dispuesto a ser aconsejado por las personas en las
cuales confía, y dependiera menos de sus sentimientos e impresiones,
los resultados finales para Ud. y para la causa de Dios habrían sido
mucho mejores.
Me fue mostrado que Ud. cometió un error al embarcarse para
Europa sin una compañera. Si antes de partir hubiera conseguido
una buena mujer, que fuera una madre para sus hijos, Ud. habría