Casamientos de viudos
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que podamos hallar descanso en la vida de Cristo. “Mi yugo—dice
él—es fácil y ligera mi carga”.
El Señor no chasqueará a ninguno que deposite su confianza
en él. El será, para nosotros, el primero, el último y el mejor en
todo; una ayuda siempre presente en cualquier tiempo de necesidad.
En estos últimos días de servicio seremos... sostenidos, guiados
y protegidos por el poder de Cristo. Quiera el Señor bendecirlo y
fortalecerlo, para que sus últimos días sean los mejores de su vida;
fragantes con la influencia suavizante de su amor. Hermano mío,
que el Señor lo bendiga, lo guarde y le proporcione reposo en su
amor; éste es mi más ferviente anhelo para Ud.—
Carta 70, 1898
.
Nuevo matrimonio de S. N. Haskell
—Recibimos la carta del
hermano Haskel
el sábado por la noche. Nos alegró saber, por Uds.
mismos, que habían unido sus intereses mediante el matrimonio.
Que el Señor bendiga esta unión con el fin de que puedan ser una
fortaleza y un apoyo uno para el otro en todo tiempo. Que la paz de
Dios repose sobre Uds., es mi sincero deseo y mi ferviente oración.
[38]
“Id, y puestos en pie... anunciad al pueblo todas las palabras de esta
vida”.
Hechos 5:20
.
Me alegro, hermano Haskell, porque Ud. tiene ahora una ayuda
[Sra. Haskell]. Eso es lo que desde hace tiempo quería para Ud. La
obra en la cual estamos ocupados nos ha hecho uno en Jesucristo pa-
ra difundir el conocimiento del Señor. Es privilegio de Uds. disfrutar
de dicha en la nueva relación mutua, al administrar el evangelio a los
que están en tinieblas y en el error. Podemos simpatizar con la gran
obra que amamos, y a la vez unirnos a ella, tal es el gran objetivo
que está siempre delante de nosotros, o sea el engrandecimiento del
reino de Cristo y la celebración de su gloria. En todo lo que se rela-
cione con este objetivo, estamos unidos en lazos de compañerismo
cristiano, mancomunados con las inteligencias celestiales...
De acuerdo con la luz que he recibido, estoy plenamente poseída
de la convicción de que, por medio de la unión de Uds., como
instrumentos santificados, la luz se reflejará para la salvación de
muchas almas que están ahora en las tinieblas y el error. Yo sé que
La primera esposa de S. N. Haskell falleció en 1894. Esta carta hace referencia a su
segundo matrimonio, ocurrido en 1897, cuando tenía 64 años.