Página 40 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
esposo e hijos. El nunca opera de esa manera, ni lo hará nunca. A la
puerta misma de su casa ha recibido Ud. una parcela para cuidar, y
el Señor la hace responsable por la obra que ha puesto en sus manos.
Por medio de la oración ferviente y el estudio, Ud. puede alcanzar
sabiduría para percibir las diferentes disposiciones de sus niños y
notar su manera de comportarse. Su hogar debe ser una pequeña
escuela de la cual Ud. sea la maestra. Si busca la sabiduría del Señor
para comprender sus caminos, él la dirigirá, no fuera de su casa, sino
de vuelta a ella.
La pobreza no es pecado
—Si Ud. es una de esas personas que
son la luz del mundo, esa luz debe brillar en su hogar. La pobreza
ha sido su suerte, pero Ud. no puede remediarla; no es pecado. Pero
su mente es de tal molde que la lleva a ver todo bajo una luz intensa.
En esto, tiene que aprender a los pies de Jesús; debe confiar más en
él y no vivir tan ansiosa. Necesita una fe genuina en las promesas
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de Dios. No obstante, debe cooperar con Dios cultivando su mente
para introducir en la educación y formación de sus hijos un espíritu
sosegado, un corazón amante, imbuirlos de aspiraciones puras, y
cultivar en ellos el amor por lo que es honesto, puro y santo.
Cuidado de Dios por los niños
—Nunca se imagine, ni por un
momento, que Dios le ha confiado una tarea que implique la separa-
ción de su precioso, pequeño rebaño. No permita que se desmora-
licen por medio de asociaciones impropias de ideas, y endurezcan
sus corazones en contra de su madre. Esto sería dejar brillar su luz
de una manera completamente equivocada. Ud. está impidiendo que
sus hijos lleguen a ser lo que Dios quiere, y al fin obtengan el cielo.
Dios se preocupa por ellos, y Ud. debe hacer lo mismo si pretende
ser su hija.
En lo pasado, Ud. erró al cargarse de tanta ansiedad por sus hijos.
No puso su confianza plenamente en Dios como debería, y ha sido
mucho más indulgente de lo necesario para el bien de ellos. Y ahora
los deja solos. ¿Qué clase de conducta es ésta? Con toda certeza, no
tiene por fuentes a Dios ni a la verdad. Ud. ofende a Dios al afirmar
que está siendo dirigida por él y, no obstante, descuidar su deber
para con sus hijos...
Derechos del esposo y los hijos
—Cuando nos entregamos com-
pletamente y sin reservas a Dios, los deberes comunes y simples de
la casa son vistos desde su real importancia, y deberíamos llevar-