Página 46 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
Testimonio de una madre cristiana
—No me es posible conti-
nuar escribiéndole. Si Ud. en verdad ama al padre de sus hijos, viva
siempre una vida cristiana, bajo cualquier circunstancia. Si así lo
hubiera hecho, Dios habría obrado en su favor. Pero si se complace
a Ud. misma, y a la vez desagrada a su Padre celestial, ¿cómo puede
esperar que el Señor obre en su favor?
Quiera el Señor ayudarla, mi querida hermana, desdichada y ten-
tada, para que pueda, desde ahora mismo, elegir el camino correcto.
Quiera él ayudarla para que pueda dar, tanto ante su esposo como
ante sus hijos, testimonio de que Ud. es una cristiana militante, y
ama a Dios y a Jesús, que dio su vida por Ud. “Y, como sus días
serán sus fuerzas”.
Deuteronomio 33:25
.—
Carta 76, 1896
.
[55]
Ganar a un compañero que no es cristiano
—Mi hermana, su
Salvador es una ayuda presente en todo tiempo de necesidad. No
desconfíe de él. No lleve sus inquietudes a seres humanos. Lléve-
las al Señor. Ud. puede imaginar que otras personas simpatizarán
con Ud. cuando se halle deprimida, pero algunas veces terminará
chasqueada. Jesús nunca defrauda a quien acude a él por ayuda.
¿Comete errores? Diríjase a Jesús, pídale que la perdone y en-
tonces crea que la perdonará. “Si confesamos nuestros pecados, él
es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”.
1 Juan 1:9
. Pídale al Señor que perdone sus errores, luego
regocíjese en él. Lamentar sus defectos no la ayudará en lo más
mínimo. Dígale: “Señor, entrego mi alma indefensa solamente a ti.
No me preocuparé más porque tú has dicho ‘pedid y recibiréis’ ”.
Crea que recibirá. Crea que su Salvador está lleno de compasión,
tierna conmiseración y amor. No permita que la atribulen pequeñas
desventuras. Los errores menores pueden haber sido ordenados por
el Señor para librarla de los mayores.
No hay que argumentar con Satanás
—Haga su parte ayudán-
dose a Ud. misma, como deben hacer todos los que esperan ser
bendecidos. Crea que Jesús le ayuda. Niéguese a pronunciar siquiera
una palabra de incredulidad. Cuando el enemigo le diga que el Señor
la ha abandonado, respóndale que Ud. sabe muy bien que no lo ha
hecho, puesto que él afirma, “No he venido a llamar justos, sino
pecadores al arrepentimiento”.
Jesús dice: “Y al que a mí viene, no le echo fuera”.
Juan 6:37
.
Luego, rechace al enemigo. Dígale que Ud. no deshonrará a Dios