Página 47 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Conducta del cónyuge cristiano
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dudando de su misericordia, su bondad y su amor. Nunca arguya
con Satanás, porque él posee asombrosos poderes de engaño. Si
cuando él se les peresentó a Adán y Eva, ellos se hubieran repetido
las palabras: “El lo ha dicho y creo en su palabra, no desconfiaré de
él”, no habrían sido vencidos.
El canto es mejor que los lamentos
—En vez de lamentar sus
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debilidades, alentar descreimiento y sentir que ha sido duramente
manipulada, comience a cantar. Hable de la misericordia y el amor de
Dios. A todos los que están trabajados y cargados, Cristo les extiende
la invitación: “Venid a mí... y yo os haré descansar. Llevad mi yugo
sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo
es fácil, y ligera mi carga”.
Mateo 11:28-30
. Esta es la lección que
Cristo quiere que Ud. aprenda, y aprendiéndola, hallará descanso.
Palabras corteses
—Cuando le hablan con palabras desanima-
doras, no responda a menos que pueda dar una respuesta agradable.
Cuando es tentada y sometida a prueba por medio de palabras ás-
peras, no responda de la misma manera. Dígase a sí misma: “No
chasquearé a mi Salvador”. Todos los hombres que se consideren
cristianos, son caballeros, y toda mujer cristiana es una dama. La
ley de la bondad está siempre presente en los labios de una mujer
cristiana. No pronuncie palabras precipitadas. Cuando se sienta irri-
tada, pronunciar palabras suaves proporcionará a su corazón luz del
sol, y hará más fácil su senda. En respuesta a una pregunta recibida
en la escuela, una niña dijo: “La gente humilde es la que da res-
puestas suaves a preguntas ásperas”. Cristo dice: “Bienaventurados
los mansos, porque ellos heredarán la tierra”. Los tales serán indi-
viduos aptos para el reino de los cielos, porque están deseosos de
ser enseñados. Ud. dice que su esposo no es un hombre convertido a
la verdad. Muéstrele, por medio de su vida, la ventaja de creer en
Cristo. Ud. puede ganar a su esposo para el Salvador haciendo uso
de la paciencia, la clemencia y la bondad.
La vida no es romance sino realidad
—Ud. puede obtener las
más preciosas victorias con el poder de la gracia de Dios. No debe
considerar su vida como un romance, sino como una realidad. Debe
colaborar con Dios en la formación de un carácter que resulte apro-
bado por él. “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”.
¿Termina así el mandato? No, gracias a Dios, no. “Porque Dios es el
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