Página 87 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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El pecado de la permisividad
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Hay partes iluminadas y sombreadas en el carácter y, con seguridad,
unas u otras obtendrán el triunfo.
Pero Dios, desde los cielos, pondera el valor moral. Juzgará con
justicia. El impío no permanecerá sin ser confrontado para siempre.
Nada sino la verdad, llevada a la vida íntima, grabada en el carácter,
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será suficiente para mantener moralmente erectos a los hombres
más grandes y talentosos. Si la grandeza intelectual hubiera sido
suficiente, sus caracteres habrían sido firmes como una roca. Pero
necesitaban caracteres virtuosos. Pablo dice: “Soy lo que soy por la
gracia de Dios que está en mí”. El pueblo de Dios debe levantarse
y revestirse con toda la armadura de justicia.—
The Review and
Herald, 24 de mayo de 1887
.
Razones del fracaso de Israel
—Muchos en el antiguo Israel
cayeron justo frente a la tierra prometida. ¿Cuál fue su pecado? La
licencia, la permisividad. Esas pasiones de corazones no santificados
controlan con poder magistral a muchos de los que afirman ser
seguidores de Cristo. Las palabras y las obras de muchos de los que
conocen la verdad, son corruptas. Tienen facultades para razonar,
entienden la verdad, pero no se han convertido del todo; no han
sentido en sus almas el poder de la verdad. No hospedan en sus
hogares a Jesús como huésped de honor. La gratificación sensual
corroe la persona por completo, tiñendo y corrompiendo así a toda
la familia... La pureza y la santidad de las relaciones matrimoniales,
establecidas en el Edén para que fueran guardadas en forma sagrada
y elevada, han sido rebajadas para administrar la concupiscencia.—
Manuscrito 31, 1885
.
Cuando David se alejó de la rectitud
—Dios eligió a David, un
humilde pastor, para que gobernara su pueblo. Era estricto en todas
las ceremonias relacionadas con la religión judía, y se distinguió por
su intrepidez y firme confianza en Dios. Fue notable por su fidelidad
y reverencia. Su firmeza, humildad, amor a la justicia y carácter
decidido lo calificaron para llevar a cabo los grandes propósitos de
Dios, para instruir a Israel en sus devociones, y para gobernarlos
como un monarca generoso y sabio.
Su carácter religioso era sincero y ferviente. Fue cuando David
era fiel a Dios y poseía estos elevados rasgos de carácter que el
Señor lo llamó “hombre según el corazón de Dios”. Cuando fue
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elevado al trono, su comportamiento ofrecía un agudo contraste con