Página 138 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
y mi escudo”; no seré vencido. “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”.
La sabiduría y el poder infinitos de Dios son ejercidos en nuestro
favor. La hueste celestial está peleando ciertamente nuestras batallas
en nuestro favor. Siempre está mirando con vivo interés a las almas
compradas por la sangre del Salvador. Por el sacrificio de Cristo
aprecian el valor del alma humana. Es siempre seguro estar del lado
del Señor, no a medias, sino del todo. Es esta obra tibia, indiferente,
descuidada, la que separa vuestras almas de Jesús, la fuente de
vuestra fortaleza. Sea ésta vuestra oración: “Quítame todo cuanto
tengo, déjame sin propiedades, sin honor mundano, sin ninguna
cosa, pero que tu presencia me acompañe”. Es seguro encomendar
la guarda del alma a Dios, que reina sobre los cielos y la tierra.
Escudriñad las escrituras y orad con fe
¿Tratarán mis hermanos en el ministerio de trabajar con dili-
gencia, para que puedan cumplir el encargo que el apóstol Pablo le
hizo a Tito: “Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la ense-
ñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable,
de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que
decir de vosotros”? (
Tito 2:6-8
); léanse además los
versículos 11-15
.
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Se me ha mostrado que de parte de los ministros de todas nues-
tras asociaciones hay descuido en el estudio de las Escrituras y el
escudriñamiento de la verdad. Si sus mentes fueran debidamente
disciplinadas, y atesoraran las preciosas lecciones de Cristo, enton-
ces, en cualquier tiempo y en toda emergencia, podrían extraer del
tesoro del conocimiento cosas nuevas y cosas viejas para alimentar
a la iglesia de Dios, dando a cada hombre su porción de alimento a
su debido tiempo. Si Cristo permanece en el alma, será como una
fuente viva, “una fuente de agua que salte para vida eterna”.
Os digo lo que he visto, y es cierto, que mediante esfuerzos bien
dirigidos y perseverantes muchas, muchísimas más almas pueden ser
traídas al conocimiento de la verdad. ¡Oh, el fin se acerca! ¿Quién
estará listo cuando Cristo se levante de su trono para ponerse sus
vestiduras de venganza? ¿Los nombres de quiénes están registrados
en el libro de la vida del Cordero? Estarán allí únicamente los