Página 140 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
cultivar la verdadera ternura de corazón, la bondad y la cortesía. Si
una persona está en el error, sed muy bondadosos con ella; si no sois
corteses, podéis apartarla de Cristo. Que cada palabra que habléis,
aun el tono de vuestra voz, exprese vuestro interés y vuestra simpatía
por las almas que están en peligro. Si sois ásperos, acusadores e
impacientes con ellas estáis haciendo la obra del enemigo. Estáis
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abriéndoles una puerta de tentación y Satanás os presentará ante
ellas como quienes no conocen al Señor Jesús. Pensarán que su pro-
pia conducta es correcta, y que son mejores que vosotros. ¿Cómo,
pues, podéis ganar a los descarriados? Ellos reconocerán la piedad
genuina, expresada en las palabras y en el carácter. Si enseñáis el
arrepentimiento, la fe y la humildad, debéis tener el amor de Jesús
en vuestros propios corazones. La verdad que creéis tiene poder para
santificar el alma y modelar al hombre entero, no sólo para cambiar
sus palabras y su conducta, sino para abatir el orgullo y purificar el
templo del alma de toda contaminación.
La religión de la Biblia
La religión de la Biblia es muy escasa, aun entre nuestros pas-
tores. Me lamento día y noche por la aspereza, la dureza, la falta
de bondad en las palabras y el espíritu, que manifiestan los que
pretenden ser hijos del Rey celestial, miembros de la familia real.
Esa dureza de corazón, esa carencia de simpatía, esa aspereza, ma-
nifestada hacia aquellos que no gozan de sus favores especiales,
es registrada en los libros del cielo como un gran pecado. Muchos
hablan de la verdad, predican la teoría de la verdad, pero el amor
enternecedor de Jesús no ha llegado a ser un elemento vivo y activo
en su carácter.
Es ésta una era de apostasía casi universal y los que pretenden
estar en la vanguardia de la verdad descarrían a las iglesias cuando
no dan evidencia de que su carácter y sus obras armonizan con la
verdad divina. La bondad, la misericordia, la compasión, la ternura,
la longanimidad de Dios han de ser expresadas en las palabras,
la conducta y el carácter de todos los que pretenden ser hijos de
Dios, especialmente en aquellos que pretenden ser los mensajeros
enviados por el Señor Jesús con la palabra de vida para salvar a
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los que perecen. Se les ordena en la Biblia poner a un lado todo lo