Página 151 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Necesidades humanas y provisión divina
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simplemente aguardando; debemos trabajar y velar en espera de
este solemne acontecimiento. La iglesia viva de Dios estará esperan-
do, velando y trabajando. Nadie debe permanecer en una posición
neutral. Todos deben representar a Cristo en el esfuerzo ferviente
y activo para salvar a las almas que perecen. ¿Se cruzará de brazos
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la iglesia ahora? ¿Hemos de dormir, como las vírgenes fatuas de la
parábola? Toda precaución ha de tomarse ahora, pues la obra hecha
a la ventura resultará en decaimiento espiritual, y ese día nos sobre-
cogerá como ladrón. La mente necesita ser fortalecida para mirar
con profundidad y discernir las razones de nuestra fe. El templo
del alma ha de ser purificado por la verdad, pues únicamente los de
limpio corazón podrán resistir los engaños de Satanás.
Nuestra relación con el mundo
No debemos copiar las prácticas del mundo, pero tampoco debe-
mos mantenernos aislados de la gente, pues nuestra luz debe brillar
en medio de las tinieblas morales que cubren la tierra. Hay una triste
carencia de amor cristiano mutuo en la iglesia. Este amor se extingue
con facilidad, pero sin él no podemos tener compañerismo cristiano
ni amor hacia aquellos por quienes Cristo murió.
Nuestros hermanos necesitan prestar atención a la orden: “Pero
desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran
contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso,
sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con
mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les
conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo
del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”. Encontraremos
elementos torcidos en el mundo y en la iglesia. Vendrán hombres
que pretenderán tener gran luz; pero los que tienen experiencia en
la causa de Dios verán que lo que ellos presentan como luz son
grandes tinieblas. Hombres de esta clase tendrán que ser tratados
de acuerdo con las indicaciones de la Palabra de Dios. Los que
están en error pueden excitarse en la defensa de sus puntos de vista,
pero los que andan en la luz habrán de ser calmos, amables con los
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que yerran, aptos para enseñar, poniendo de manifiesto el hecho de
que han pedido y recibido sabiduría de Dios. No necesitarán dar