Página 160 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
iglesia por mucho tiempo se ha contentando con escasa medida
de la bendición de Dios; no ha sentido la necesidad de reclamar
los elevados privilegios comprados para ella a un costo infinito.
Su fuerza espiritual ha sido escasa, su experiencia, restringida y
mutilada, y se halla inhabilitada para la obra que el Señor quiere
que haga. No está en condiciones de presentar las grandes y valiosas
verdades de la santa Palabra de Dios que convencerían y convertirían
a las almas mediante la intervención del Espíritu Santo. Dios espera
que la iglesia pida y reciba su poder. Recogerán una cosecha de
gozo los que siembran la santa semilla de la verdad. “Irá andando
y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con
regocijo, trayendo sus gavillas”.
De la actitud de la iglesia, el mundo ha sacado la idea de que el
pueblo de Dios es ciertamente un pueblo triste, que el servicio de
Cristo carece de atractivo, que la bendición de Dios se concede a
un costo elevado para los que la reciben. Al espaciarnos en nuestras
pruebas y magnificar las dificultades, representamos falsamente a
Dios y a Jesucristo a quien él ha enviado; porque la lobreguez que
rodea el alma del creyente resta todo atractivo a la senda que lleva
al cielo, y muchos se apartan chasqueados del servicio de Cristo.
Pero ¿son realmente creyentes los que presentan a Cristo de esa
manera? No, porque los creyentes descansan en la promesa divina y
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el Espíritu Santo tiene no sólo la misión de convencer sino también
la de consolar.
El cristiano debe echar todo el fundamento si quiere edificar
un carácter fuerte, simétrico, si quiere estar bien equilibrado en su
experiencia religiosa. Así el hombre estará preparado para alcanzar
las normas de verdad y justicia presentadas en la Biblia, porque
el Santo Espíritu de Dios lo sostendrá y fortalecerá. El verdadero
cristiano combina una gran ternura de sentimiento con una gran
firmeza de propósito y una inquebrantable fidelidad a Dios; en nin-
gún caso traicionará las verdades sagradas. El que está dotado del
Espíritu Santo tiene grandes poderes emotivos e intelectuales y una
invencible fuerza de voluntad
[
Estudio adicional:
Joyas de los Testimonios 3:15, 16
;
Testimonies for the Church
5:46, 69
;
El Deseado de Todas las Gentes, 269, 270, 380, 626, 745, 760-762, 767, 768
.
]