Página 176 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
propio don a nuestro mundo, y confió ese don a sus discípulos, para
que lo comunicaran al mundo.
Los obreros deben progresar
Una vez que hayan aprendido las sencillas reglas [los ministros]
deben dedicarse a la adquisición de conocimientos en relación con
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su trabajo, de manera que sean obreros que no tengan de qué aver-
gonzarse. Si emplean sabiamente su tiempo, pueden ir dominando
una rama de la ciencia tras otra, mientras se hallan empeñados en la
obra de predicar la verdad. Momentos de oro son desperdiciados en
conversaciones sin importancia, en la inactividad y en hacer cosas de
poca consecuencia; momentos que deben ser usados todos los días
en tareas útiles que nos ayudarán a acercarnos a la norma elevada.
Los hombres que se presentan ahora ante el pueblo como repre-
sentantes de Cristo tienen generalmente más capacidad que educa-
ción, pero no usan sus facultades para sacar el mayor provecho de su
tiempo y oportunidades. Si hubieran empleado las energías que Dios
les dio, casi todos los pastores podrían ser no solamente eficientes
en lectura, redacción y gramática, sino aun en idiomas. Es esencial
que se fijen un blanco elevado. Pero han tenido poca ambición y no
han puesto a prueba sus facultades para alcanzar una norma elevada
de conocimientos generales y en cuanto a las cosas religiosas.
Nuestros ministros tendrán que rendir cuenta a Dios por el en-
mohecimiento de los talentos que él les ha dado para que los desarro-
llaran mediante el ejercicio. Podrían haber hecho inteligentemente
diez veces más obra si se hubieran interesado en llegar a ser gigantes
intelectuales. Toda su experiencia en su elevada vocación es empe-
queñecida porque se contentan con permanecer donde están. Sus
esfuerzos por adquirir conocimiento no obstaculizarán en lo más
mínimo su crecimiento espiritual si estudian con motivos correctos
y blancos adecuados.
Necesidad de obreros
Se necesitan obreros en todo el mundo. La verdad de Dios ha
de ser llevada a los países extranjeros, para que los que se hallan
en tinieblas puedan ser iluminados. Ha de hacerse una obra que
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califique a los estudiantes para ser colaboradores de Dios.