Página 204 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
que nos una con fuertes lazos para que no se manifieste ningún
esfuerzo desordenado entre los obreros. Si aparecen manifestaciones
[229]
de desorden, debemos tener claro discernimiento para diferenciar
entre lo espurio y lo genuino. No se proclame mensaje alguno sin
someterlo a un cuidadoso examen de cada jota y tilde.
Evitad los asuntos secundarios
Mi alma está muy agobiada porque sé lo que nos espera. Los
que no tengan una relación cotidiana y viviente con Dios se verán
expuestos a todo engaño concebible. No se deben considerar en
nuestra obra asuntos secundarios, a menos que las ideas sostenidas
hayan sido cuidadosamente examinadas, y se tenga seguridad acerca
de su fuente de origen. Los ángeles de Satanás son sabios para hacer
el mal y son ellos los que originan aquello que algunos pretenderán
que es luz adicional, que proclamarán como cosa nueva y maravi-
llosa; aunque en algunos aspectos el mensaje sea verdadero, estará
mezclado con invenciones humanas y enseñará como doctrinas man-
damientos de hombres. Si alguna vez hubo un tiempo para velar y
orar con verdadero fervor, es ahora. Puede haber cosas que puedan
ser consideradas como ciertas y que aparenten ser buenas, pero nece-
sitan ser cuidadosamente consideradas con mucha oración, pues son
engañosas maquinaciones del enemigo para conducir a las almas por
una senda que corre tan cerca de la senda de la verdad que apenas
podrá ser distinguida de la que conduce a la santidad y al cielo. Pero
el ojo de la fe puede discernir que lleva una dirección divergente
del camino recto, aun cuando sea en forma casi imperceptible. Al
principio puede pensarse que es positivamente recta, pero después
de un tiempo se ve que se aparta mucho de la senda segura, que
conduce a la santidad y al cielo. Hermanos míos, os amonesto que
hagáis sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se
salga del camino
[230]
Revoloteando sobre las iglesias
Cooranbong, Australia,
[
Estudio adicional:
Joyas de los Testimonios 1:494, 495
;
Testimonies for the Church
9:208, 209
;
Obreros Evangélicos, 339-344, 371, 372, 385-390, 426
.
]