Página 209 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Obreros dirigidos por Dios
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con los cuales él se asoció tendrán la señal de la eterna separación
de Dios.
La cizaña y el trigo están ahora mezclados, pero entonces la
única mano que puede separarlos colocará a cada uno en el lugar
que le corresponde. Los que han tenido la luz de la verdad y han
escuchado el mensaje de amonestación, la invitación a la cena de
bodas—el agricultor, el comerciante, el abogado, los falsos pastores
que han acallado la conciencia del pueblo, los infieles centinelas
que no han hecho resonar la advertencia o no han conocido la hora
de la noche—todos los que han rehusado obedecer las leyes del
reino de Dios, no tendrán derecho de entrar. Los que han buscado
una excusa para evitar la cruz de la separación del mundo, serán
atrapados por la red junto con el mundo. Se mezclaron con la cizaña
por su propia decisión. Lo similar atrajo a lo similar a la transgresión.
Es una terrible asimilación. Los hombres escogieron hacer causa
común con el primer rebelde, que tentó a Adán y Eva en el Edén
a desobedecer a Dios. La cizaña se multiplica porque ella misma
siembra más cizaña, y tiene su parte con la raíz de todo pecado: el
diablo.
Sobre los que guardan los mandamientos de Dios se pronuncia
esta bendición: “Bienaventurados los que guardan sus mandamien-
tos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por
las puertas en la ciudad”.
Apocalipsis 22:14
. Son “linaje escogido,
real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido”; para que puedan
anunciar las virtudes de Aquel que los ha llamado de las tinieblas
a su luz admirable. Los obedientes son denominados justos; son
atraídos por el sagrado imán, Cristo Jesús; lo santo atrae a lo santo.
El que sea injusto continuará siendo injusto. El carácter no podrá en-
tonces ser transformado El aceite de la gracia no puede ser prestado
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por uno a otro, así como las vírgenes fatuas no tienen tiempo para ir
a comprar aceite para ellas mismas. Los justos son los que guardan
los mandamientos de Dios, y estarán para siempre separados de los
desobedientes e injustos que pisotearon la ley de Dios. El oro puro y
la escoria no continuarán mezclándose.