Página 224 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
y no en la propia, avanzan por sendas seguras. Nunca se sentirán
autorizados a poner bozal al buey que trilla; y cuán odioso es que los
hombres dominen al instrumento humano que trabaja en sociedad
con Dios y a quien el Señor Jesús ha dicho: “Venid a mí todos los
que estáis
trabajados
y
cargados,
y yo os haré descansar. Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo
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es fácil, y ligera mi carga”. “Porque nosotros somos colaboradores
de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”.
Nuestro deber de difundir la obra
Pónganse en acción fuerzas para preparar nuevos territorios,
para despertar un interés nuevo y viviente doquiera se presente
la oportunidad. Aprendan los hombres a orar con fervor, en forma
breve y al punto. Aprendan a hablar acerca del Redentor del mundo, a
ensalzar el Hombre del Calvario cada vez más. Trasplantad algunos
árboles de vuestro apretado almácigo. No se glorifica a Dios al
concentrar tantísimas ventajas en un solo lugar. Necesitamos sabios
agrónomos, capaces de trasplantar árboles a diferentes lugares y de
proporcionarles todos los cuidados para que puedan crecer. Es un
deber definido ir a regiones alejadas. Convocad a obreros que tengan
verdadero celo misionero, y que salgan a esparcir luz y conocimiento
por todas partes. Que lleven los principios vivientes de la reforma
pro salud a poblaciones y barrios que en gran medida no saben lo que
deben hacer. Enseñen los hombres y las mujeres esos principios a
gente que no puede tener las ventajas que ofrece el amplio Sanatorio
de Battle Creek. Es un hecho que la verdad del cielo ha llegado a
conocimiento de millares por medio de la influencia del sanatorio;
sin embargo, hay una obra que se ha descuidado, y que debe ser
hecha. Nos anima ver la obra que se está haciendo en Chicago y en
unos pocos lugares. Pero hace años que debería haberse esparcido
la gran responsabilidad que se ha concentrado en Battle Creek.
Se anima a nuestra gente a establecerse en Battle Creek, y pagan
su diezmo y prestan su influencia para edificar una moderna Jerusa-
lén que no responde al plan de Dios. En esta obra se priva a otros
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lugares de las facilidades que debieran tener. Creced, extendeos,
sí; pero no en un solo lugar. Salid y fundad centros de influencia