Página 261 - Testimonios para los Ministros (1979)

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A los hermanos que ocupan puestos de responsabilidad
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en una forma muy diferente de la acostumbrada, contraria a todos
los planes humanos. Habrá entre nosotros personas que siempre
querrán controlar la obra de Dios y dictar hasta los movimientos que
deberán hacerse cuando la obra avance bajo la dirección de ese ángel
que se une al tercero para dar el mensaje que ha de ser comunicado
al mundo. Dios empleará formas y medios que nos permitirán ver
que él está tomando las riendas en sus propias manos. Los obreros
se sorprenderán por los medios sencillos que utilizará para realizar
y perfeccionar su obra en justicia. Los que consideramos buenos
obreros necesitarán acercarse a Dios; necesitarán el toque divino.
Necesitarán beber más profunda y perseverantemente de la fuente
de agua viva, para poder distinguir la obra de Dios en todo aspec-
to. Los obreros pueden cometer errores, pero usted debe darles la
oportunidad de corregir sus errores y aprender a ser cautos, al dejar
la obra en sus manos.
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El uso del juicio individual
Orebro, Suecia,
28 de octubre de 1885
Queridos Hnos. ----- y -----,
Oro para que el Señor esté con ustedes con gran poder durante
el próximo congreso. Estarán ausentes posiblemente algunos que
ustedes quisieran que estuvieran presentes; pero Jesús es su Ayuda-
dor. Oro sinceramente y espero que los que tienen responsabilidades
en Míchigan, Nueva Inglaterra, Ohio, Indiana y otros estados, ten-
gan una visión más amplia de la obra que la que han tenido hasta
ahora. Espero que Míchigan progrese. Lamento que haya tal escasez
de amplitud mental y de visión. Los obreros deben ser educados y
adiestrados para desempeñarse en los campos de labor. Necesitamos
misioneros por doquiera. Necesitamos hombres y mujeres que se
den a sí mismos sin reservas para la obra de Dios, trayendo muchos
hijos e hijas a Dios.
Se me ha mostrado que hay una costumbre que deben evitar
los que ocupan puestos de responsabilidad, porque es perjudicial
para la obra de Dios. Los hombres que tienen cargos importantes no
deben enseñorearse de la herencia de Dios ni disponer de todo lo
que se encuentra a su alrededor. Demasiadas personas han señalado