Página 273 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Medios y métodos
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y descartará toda confianza propia. Cuando reciban un consejo que
no esté de acuerdo con sus deseos personales, no deben pensar que
poseen suficiente sabiduría como para aconsejar a otros, o que se
pueden permitir el desoír ese consejo.
Dondequiera trabajen, será necesario que combinen sus esfuer-
zos con los de otros obreros eficientes. Nadie es completo en sí
mismo; nadie es capaz de terminar con éxito una serie de reunio-
nes; pero puede hacer su parte junto con otros obreros. Esto tal vez
parezca humillante, pero no debe serlo, porque Dios ha concedido
diversidad de dones y desea que se combinen en perfecta armonía.
Ustedes necesitan comprender el peligro que implica examinar
los asuntos desde su punto de vista, solamente con sus propios ojos o
discernimiento. Sería bueno que explicaran francamente sus planes
a sus hermanos, para que sepan cómo los ven ellos desde su punto de
vista, porque las circunstancias pueden impresionar tan vívidamente
la mente de ustedes que les resulte imposible emitir un juicio cabal
acerca del asunto. Sus planes deben ser minuciosamente examinados
y, con ferviente oración, encomienden su caso al que lo sabe todo.
Consúltense mutuamente. No permitan que los susurros de su propia
mente o la de otros cierren la puerta del corazón al consejo de los
siervos del Señor.
9 de agoto de 1896. Le estoy escribiendo esto porque es un asun-
to serio que implica graves consecuencias y que afectará el futuro
de la obra en otras localidades. El Hno.-----no necesita palabras de
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adulación de parte suya, porque ya tiene en gran estima sus propios
talentos y los saca a relucir desmereciendo a los demás. No se da
cuenta de que quiere ser el primero. No está preparado para asumir
las responsabilidades de un ministro del Evangelio, porque necesita
un espíritu humilde y contrito. Necesita seguir dando estudios bíbli-
cos y, cuando sus hermanos vean que está en condiciones de ser un
predicador del Evangelio, tal cosa será evidente. Tenga cuidado.
La obra del colportaje
No veo por qué el colportaje no puede ser una obra tan buena y
de tanto éxito como cualquier otra que se haga para el Señor. Los
colportores pueden llegar a familiarizarse con las personas, pueden
orar con ellas y entender sus verdaderas necesidades. Por la luz