Administradores de asociaciones
281
¡Cuántos pequeños agravios traza el hombre sobre el papel y
vuelca en el alma de sus semejantes! ¡Cuán insensato es perpetuar y
comunicar a otros aquellas cosas que habría sido mejor que guarda-
rais para vosotros mismos! Nunca escribáis una línea de desánimo.
Si hacéis precisamente como Jesús os ha dicho que hagáis, encontra-
réis ayuda. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,
y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso
para vuestras almas”. El Señor Dios ha dado abundante evidencia
de su disposición a llevar nuestras cargas. Al llevar las cargas de él,
él os lleva a vosotros, y también las cargas. El invita a todos los que
están trabajados y cargados: “Venid a mí”. No se os dice que debéis
recorrer el mundo para contar vuestras dificultades y para depositar
vuestras cargas sobre vuestros semejantes. “He aquí yo estoy con
vosotros todos los días—dice Cristo—, hasta el fin del mundo”.
[331]
La Asociación General
27 de diciembre de 1896
Al Congreso de la Asociación General de 1897:
Tengo palabras que hablar a nuestros hermanos que se han de
reunir en el congreso de 1897. La actual discusión financiera [
veasé
el Apéndice.
] me ha sido presentada como una de las obras maestras
de Satanás para estos últimos días. Hay un poder que actúa desde
abajo, por obra del gran enemigo. Suponía que nuestros hermanos
pisarían con cuidado y se moverían con mucha cautela, mantenién-
dose lejos de todos estos nuevos temas de discusión relativos a la
moneda circulante. El cambio de la moneda circulante no es un plan
ideado por Dios. ¿Cuál será su resultado? Determinará un estado
de cosas que traerá opresión a los pobres y creará gran angustia.
Es uno de los planes del diablo y yo pensaba que los que creían en
la verdad no serían engañados en lo más mínimo en este asunto.
Pero en el transcurso del año 1896 me han sido presentados asuntos
que me han hecho temblar por nuestro pueblo. He estado donde
escuchaba conversaciones de los que ocupan puestos de confianza
en nuestras instituciones, y había mucho calor en la discusión sobre
las diferentes posiciones asumidas. La luz que me fue dada fue ésta:
Este es el método que Satanás ha dispuesto para traer angustia.