Página 29 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Marco histórico
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aspecto de la obra. Afirmó que había hombres que ocupaban cargos
de responsabilidad que habían perdido el espíritu de consagración
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tan esencial para hacer su tarea. En esa reunión exclamó: “Lo que
necesitamos ahora es reorganización. Necesitamos comenzar desde
el fundamento y edificar sobre un principio diferente”.—
The General
Conference Bulletin
, 3 de abril de 1901.
Lo que ocurrió en las siguientes tres semanas es una historia
emocionante. Se aceptó el mensaje. Los hermanos se dedicaron
cuidadosamente a trabajar. Se formaron las uniones, que abarcaban
las asociaciones y los campos locales, de manera que las respon-
sabilidades recaían sobre los hombres del campo. Las diferentes
asociaciones que representaban distintos ramos de las actividades
generales de la iglesia, tales como la Escuela Sabática y la Acti-
vidad Misionera, dieron los pasos necesarios para convertirse en
departamentos de la Asociación General. La junta directiva de ese
organismo, que estaba constituida por trece hombres, fue ampliada
a 25. En 1903 la junta se amplió aún más para recibir en su seno a
los que estaban relacionados con los departamentos recientemente
organizados. En pocos años quinientos hombres llevaban las res-
ponsabilidades que antes del congreso de la Asociación General de
1901 habían sido asumidas por un puñado.
En medio de esa reorganización, se hizo provisión para que los
hombres que estaban en los campos locales pudieran tomar las deci-
siones que las circunstancias requerían en sus respectivos lugares.
Tan sólidos fueron los fundamentos puestos en esa oportunidad, que
cuando resultó conveniente que la obra se desarrollara aún más, la or-
ganización no tuvo dificultad alguna ni enfrentó grandes problemas
para organizar las divisiones de la Asociación General. De acuerdo
con este plan se reunieron grandes zonas del mundo, de tal manera
que las uniones constituyeron subdivisiones de esas organizaciones
más amplias.
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Las instituciones de Battle Creek reciben los juicios de Dios
Desgraciadamente no fueron escuchados todos los consejos da-
dos por Elena G. de White en el congreso de la Asociación General
de 1901. Las reformas que debieran haberse practicado en dos de las
instituciones de Battle Creek no se hicieron. Antes que transcurrie-