Página 290 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
por el amor y purifica el alma; no está en contra ni de la creencia ni
de la práctica. ¿Creemos nosotros la Palabra de Dios? ¿Son fieles
y veraces, firmes a los principios todos los que profesan la verdad?
¿Estamos haciendo la obra misionera con el espíritu de Cristo?
Hay hombres que se presentan en el púlpito como pastores, pro-
fesan alimentar el rebaño, mientras las ovejas están pereciendo por
falta del pan de vida. Hay discursos largos y fastidiosos, mayormen-
te compuestos de relatos de anécdotas; pero los corazones de los
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oyentes no son tocados. Los sentimientos de algunos pueden resultar
conmovidos, pueden derramarse algunas lágrimas, pero sus corazo-
nes no son quebrantados. El Señor Jesús estaba presente mientras
daban aquello que llamaban sermones, pero sus palabras estaban
destituidas del rocío y de la lluvia del cielo. Evidenciaban que no
habían recibido la ministración de los ungidos descriptos por Zaca-
rías (véase el capítulo 4) para que ellos a su vez pudieran ministrar
a otros. Cuando los ungidos se vacían a través de los canales de
oro, el aceite dorado mana de ellos hacia los vasos de oro, para fluir
hacia las lámparas, las iglesias. Esta es la obra de todo verdadero
y consagrado siervo del Dios viviente. El Señor Dios del cielo no
puede aprobar mucho de lo que traen al púlpito aquellos que profe-
san presentar la Palabra del Señor. No inculcan ideas que serán una
bendición para los que escuchan. Es un forraje barato, muy barato,
el que se coloca ante el pueblo.
Fuego extraño
Cuando el orador golpea al azar en cualquier dirección, según
los caprichos de su fantasía, cuando habla de política al pueblo, está
mezclando el fuego común con el sagrado. Deshonra a Dios. No
tiene verdadera evidencia de parte de Dios de que habla la verdad.
Hace a sus oidores un grave daño. Puede sembrar semillas capaces de
introducir profundamente sus fibrosas raíces, y al brotar las plantas
darán su fruto ponzoñoso. ¿Cómo se atreven los hombres a hacer
esto? ¿Cómo osan presentar ideas cuando no saben a ciencia cierta
de dónde vienen, ni si se ajustan a la verdad?