Página 319 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Exhortaciones a la verdad y la lealtad
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efa pequeño. Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás,
para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu
Dios te da. Porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que
hace esto, y cualquiera que hace injusticia. Acuérdate de lo que hizo
Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; de cómo
te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de
todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y
trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios”.
A pesar de que los hijos de Israel habían ofendido a menudo al
Señor apartándose de su consejo, sin embargo él todavía manifestaba
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tierno cuidado por ellos. El Señor Jesucristo vio a los enemigos
de Israel aprovecharse de las circunstancias para hacerles daño;
su acción había de traer sufrimiento a los cansados que estaban
peregrinando bajo la dirección de Dios. Escuchad los juicios que
Dios pronunció: “Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso
de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te
da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec
de debajo del cielo; no lo olvides”.
Transcribo estas palabras de Dios para que los que profesan ser
sus hijos no reciban la maldición pronunciada sobre Amalec por
haber seguido las prácticas de éste. Si los paganos recibieron esta
denuncia de su conducta por sojuzgar al exhausto y al cansado, ¿qué
expresará el Señor hacia los que han tenido luz, grandes oportunida-
des y privilegios, pero no han manifestado el espíritu de Cristo hacia
sus propios hermanos?
El señor lo ve todo
El Señor ve todos los tratos de un hermano con otro que debilitan
la fe y que destruyen su propia confianza en ellos mismos como
hombres que tratan con justicia y equidad. En el lenguaje más positi-
vo expresa su desagrado por la iniquidad practicada en los negocios.
Dice: “¿Daré por inocente al que tiene balanza falsa y bolsa de pesas
engañosas?” Quizá no se haya cometido en nuestras instituciones
precisamente el mal aquí mencionado, pero hechos representados
por estas cosas han sido realizados y siguen haciéndose todavía.
Podría escribirse página tras página con respecto a estas cosas.
Asociaciones enteras están siendo influidas por los mismos princi-