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Testimonios para los Ministros
escogido. Sabe que sólo hombres fervientes, firmes, decididos, de
carácter enérgico, comprenderán la importancia vital de esta obra, y
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pondrán tal firmeza y decisión en sus testimonios que quebrantarán
las barreras de Satanás.
Dios da a los hombres consejo y reprensión para su bien. El ha
enviado su mensaje, diciéndoles lo que se necesitaba para el tiempo:
1897. ¿Aceptasteis el mensaje? ¿Prestasteis oídos a la exhortación?
El os dio la oportunidad de que acudierais armados y equipados
en auxilio de Jehová. Y habiendo hecho todo, os pidió que os pre-
sentarais. Pero ¿os preparasteis? ¿Dijisteis: “Heme aquí, envíame a
mí”? Os sentasteis tranquilos y no hicisteis nada. Permitisteis que
la Palabra del Señor cayera al suelo desatendida; y ahora el Señor
ha tomado a hombres que eran muchachos cuando vosotros estabais
al frente de la batalla y les ha dado el mensaje y la obra en que
vosotros no os empeñasteis. ¿Seréis piedras de tropiezo para ellos?
¿Criticaréis? ¿Diréis: “Están desorbitados”? Sin embargo, vosotros
no ocupasteis el lugar que ahora ellos son llamados a ocupar.
Oh, ¿por qué tienen que ser obstáculo los hombres cuando po-
drían ser una ayuda? ¿Por qué frenan las ruedas cuando podrían
empujar con señalado éxito? ¿Por qué despojan su propia alma del
bien y privan a otros de la bendición que podría haber venido por su
intermedio? Estas personas que han rechazado la luz permanecerán
en la aridez como desiertos donde no fluyen aguas refrescantes y
sanadoras. y su ministerio carecerá de humedad como las colinas
de Gilboa, donde no había rocío ni lluvia. No están revestidos de
la unción divina y no son portadores de ninguna bendición para los
demás. Ellos podrían humillar sus corazones, confesar sus errores
y librarse de las garras de Satanás. Podrían romper las cadenas que
han forjado la educación, el prejuicio o los hábitos. Si tan sólo bus-
caran a Dios con espíritu de arrepentimiento, lo encontrarían. No
impondrían entonces su propia voluntad sino que irían adonde los
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conduzca el Espíritu del Señor, serían guiados por él.
Juntad las luces
La purificación y la limpieza pasarán seguramente por cada una
de las iglesias de nuestro país que han tenido grandes oportunidades
y privilegios, y los han despreciado. Lo que necesitan no es más