Página 367 - Testimonios para los Ministros (1979)

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por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que
estaban delante del templo”. Dijo Dios: “Haré recaer el camino de
ellos sobre sus propias cabezas”.
Pronto se pronunciarán las palabras: “Id y derramad sobre la
tierra las siete copas de la ira de Dios”. Uno de los ministros de
venganza declara: “Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres
tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has. juzgado
estas cosas”. Estos seres celestiales, al ejecutar los mandatos de
Dios, no hacen ninguna pregunta, sino que hacen lo que se les
ordena. Jehová de los ejércitos, el Señor Dios Todopoderoso, el
justo, el verdadero, el santo, les ha dado la obra que deben hacer.
Con invariable fidelidad avanzan revestidos de lino blanco y puro,
con el pecho ceñido con guirnaldas de oro. Y cuando su obra ha
terminado, cuando se derrama la última copa de la ira de Dios,
vuelven y colocan sus copas vacías a los pies del Señor.
Y se registra la siguiente escena: “Después de esto... oí como
la voz de una gran multitud, y como el estruendo de muchas aguas,
y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el
Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” Y cantan el cántico de
Moisés y el cántico del Cordero.
Manteneos cerca del caudillo
Hemos de mantenernos cerca de nuestro gran Caudillo, o sere-
mos confundidos y perderemos de vista la Providencia que preside
sobre la iglesia, sobre el mundo y sobre cada individuo. Dios obrará
en forma profundamente misteriosa. Podemos perder los rastros de
Dios y seguir nuestro propio aturdimiento diciendo: Tus juicios no
son conocidos; pero si el corazón es leal a Dios, todas las cosas serán
aclaradas.
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Hay un día que pronto ha de amanecer sobre nosotros, cuando
los misterios de Dios serán comprendidos y todos sus caminos
vindicados; cuando la justicia, la misericordia y el amor serán los
atributos de su trono. Cuando la guerra terrenal haya terminado y
los santos estén todos reunidos en el hogar, nuestro primer tema
será el cántico de Moisés, siervo de Dios. El segundo tema será
el cántico del Cordero, el cántico de la gracia y la redención. Este
canto será más potente, y se entonará con acentos más elevados y