Página 388 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
El Señor en su compasión está tratando de alumbrar el entendi-
miento de los que ahora andan a tientas en la oscuridad del error.
Está demorando sus juicios sobre un mundo impenitente para que
sus portaluces puedan buscar y salvar lo que se había perdido. El
exhorta a su iglesia en la tierra a despertar del letargo en que Satanás
ha tratado de sumirla, y cumplir la obra que el cielo le ha señala-
do de iluminar al mundo. Su mensaje a su iglesia en este tiempo
es: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de
Jehová ha nacido sobre ti”. Para estar a la altura de las condiciones
existentes en el tiempo cuando las tinieblas cubren la tierra y la
oscuridad las naciones, la iglesia de Dios ha sido comisionada para
cooperar con Dios en esparcir la luz de la verdad bíblica. A los que
tratan de hacer fielmente su parte como portadores de la preciosa luz
se les da esta seguridad: “Mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti
será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al
resplandor de tu nacimiento”.
El mundo hoy tiene una clamorosa necesidad de una revelación
de Cristo Jesús en la persona de sus santos. Dios desea que sus hijos
estén ante el mundo como pueblo santo. ¿Por qué? Porque hay un
mundo que salvar por medio de la luz de la verdad evangélica; y a
medida que el mensaje de verdad que ha de llamar a los hombres de
las tinieblas a la luz maravillosa de Dios sea dado por la iglesia, la
vida de sus miembros, santificada por el Espíritu de verdad, ha de
ser un testimonio de la veracidad del mensaje proclamado.
Dios desea que sus hijos se coloquen en la debida relación con él
para que puedan entender lo que el Señor exige de ellos por encima
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de cualquier otra cosa. Han de revelar a toda alma que lucha en
el mundo lo que significa “hacer justicia, y amar misericordia” y
humillarse ante su Dios. Dondequiera que estén, en el hogar o fuera
de él, han de ser su pueblo observador de los mandamientos. Han
de tener la seguridad de que sus pecados están perdonados y de que
son aceptados como hijos del Altísimo. . .
El éxito asegurado
El mundo se halla necesitado de la verdad salvadora que Dios
ha confiado a su pueblo. El mundo perecerá a menos que llegue a
conocer a Dios por medio de sus agentes escogidos. Con el poder del