Página 392 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. El mundo no ha
de ser nuestro criterio. Permitid que el Señor obre; permitid que la
voz de él sea oída.
No debe haber alianza con los incrédulos
Los que están empleados en cualquier departamento de la obra
por medio de la cual el mundo puede ser transformado, no deben
entrar en alianza con los que desconocen la verdad. El mundo no
conoce al Padre ni al Hijo y no tiene discernimiento espiritual en
cuanto al carácter de nuestra obra, en cuanto a lo que debemos o
no debemos hacer. Tenemos que obedecer las órdenes que vienen
de arriba. No hemos de escuchar el consejo o seguir los planes
sugeridos por los incrédulos. Las sugestiones de los que no conocen
la obra que el Señor está haciendo para este tiempo, contribuirán
a debilitar el poder de los instrumentos de Dios. Al aceptar esas
sugerencias, se anula el consejo de Cristo...
El ojo del Señor vigila toda la obra, todos los planes, todas las
imaginaciones de toda mente; ve debajo de la superficie de las cosas,
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. No hay
hecho tenebroso, no hay plan, no hay una imaginación del corazón,
no hay un pensamiento de la mente que él no lea como si fuera
un libro abierto. Todo acto, toda palabra, todo motivo es fielmente
registrado en los libros por el gran Escudriñador del corazón que
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dijo: “Yo conozco tus obras”.
Se me mostró que las insensateces de Israel en los días de Samuel
se repetirán entre el pueblo de Dios en nuestros días, a menos que
haya más humildad, menos confianza en el yo y más confianza en
el Señor Dios de Israel, el Gobernante del pueblo. Sólo cuando el
poder divino se combine con el esfuerzo humano la obra resistirá
la prueba. Cuando los hombres ya no se apoyen en sus semejantes
o en su propio juicio, sino que hagan de Dios su confianza, ello se
verá en cada caso mediante la humildad de espíritu, el hablar menos
y el orar mucho más, y por medio de la cautela manifestada en sus
planes y movimientos. Tales hombres revelarán que dependen de
Dios y que tienen la actitud de Cristo.