Página 405 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Principios vitales acerca de nuestras relaciones mutuas
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los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó
al Espíritu de Jehová o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió
consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o
le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia? He aquí
que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y
como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que
hace desaparecer las islas como polvo. Ni el Líbano bastará para el
fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. Como nada son todas
las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en
menos que nada, y que lo que no es”.
“¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová,
el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga
con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da
esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna.
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán
alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no
se fatigarán”.
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Desde el capítulo 41 hasta el 45 de Isaías, Dios revela muy cla-
ramente su propósito para con su pueblo, y estos capítulos debieran
ser estudiados con oración. Dios no instruye aquí a su pueblo pa-
ra que se aparte de su sabiduría y la busque en el hombre finito.
“Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel—declara él—, porque
mi siervo eres... Israel, no me olvides. Yo deshice como una nube
tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo
te redimí. Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con
júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza;
bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob,
y en Israel será glorificado”.
“Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta;
¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde en-
tonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo...
Mirad a mí
, y
sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no
hay más. Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en
justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará
toda lengua. Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia
y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen