Página 63 - Testimonios para los Ministros (1979)

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La iglesia de Cristo
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El Señor tiene sus agentes designados, y una iglesia que ha
sobrevivido persecuciones, conflictos y tinieblas. Jesús amó a la
iglesia y se dio a sí mismo por ella, y él la restaurará, refinará,
ennoblecerá y elevará, para que subsista firmemente en medio de
las influencias corruptoras de este mundo. Hombres designados por
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Dios han sido escogidos para velar con celoso cuidado y vigilante
perseverancia, para que la iglesia no sea destruida por los malos
designios de Satanás, sino que subsista en el mundo y fomente la
gloria de Dios entre los hombres. Habrá siempre un fiero conflicto
entre la iglesia y el mundo. Un espíritu chocará contra otro, un
principio contra otro, la verdad contra el error; pero en la crisis
que ya se ha iniciado y que pronto ha de culminar, los hombres de
experiencia habrán de hacer la obra que Dios les ha asignado, y velar
por las almas como quienes han de dar cuenta.
Los que llevan este mensaje de error, denunciando a la iglesia
como Babilonia, descuidan la obra que Dios les ha designado, están
en contra de la organización, y en contra del sencillo mandato de
Dios, pronunciado por Malaquías, de traer todos los diezmos a la
tesorería de la casa del Señor, e imaginan que ellos tienen una obra
que hacer, a saber, amonestar a quienes Dios ha escogido para hacer
progresar su mensaje de verdad. Estos obreros no están añadiendo
eficiencia a la causa y al reino de Dios, sino que están empeñados en
una obra similar a aquella en la cual se halla empeñado el enemigo de
toda justicia. Que estos hombres, que se levantan contra los métodos
y los medios ordenados por Dios para hacer progresar su obra en
estos días de peligro, abandonen todas sus opiniones antibíblicas
concernientes a la naturaleza, la función y el poder de los agentes
designados por el Señor.
Entiendan todos las palabras que escribo ahora. Los que colabo-
ran con Dios son sólo sus instrumentos, y no poseen en sí mismos
gracia o santidad inherentes. Sólo cooperando con los seres celestia-
les es como tienen éxito. No son sino vasos terrenos, depositarios en
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quienes Dios pone los tesoros de su verdad. Pablo puede plantar y
Apolos regar, pero es únicamente Dios quien da el crecimiento.
Dios habla por medio de los agentes que ha designado, y ningún
hombre o confederación de hombres ha de insultar al Espíritu de
Dios negándose a oír el mensaje de la palabra de Dios de los labios
de sus mensajeros escogidos. Al negarse a oír el mensaje de Dios,