Página 64 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
los hombres se encierran en una cámara de tinieblas. Mantienen sus
almas encerradas y alejadas de grandes bendiciones, y al manifestar
falta de respeto por los agentes que Dios designó, privan a Cristo de
la gloria que le corresponde.
Cuidaos de los falsos maestros
Dios no es autor de confusión, sino de paz. Pero Satanás es
un enemigo vigilante que nunca duerme, que siempre obra sobre
las mentes humanas, buscando un suelo en el cual pueda sembrar
su cizaña. Si halla alguien a quien pueda alistar en su servicio, le
sugerirá ideas y teorías falsas, y lo hará celoso en la defensa del
error. La verdad no sólo convierte, sino que realiza la purificación de
quien la recibe. Jesús nos aconseja que nos guardemos de los falsos
maestros. Desde el comienzo de nuestra obra, se han levantado de
vez en cuando hombres que defendían teorías nuevas y sorprenden-
tes. Pero si los que aseveran creer la verdad acudiesen a quienes
tienen experiencia y a la Palabra de Dios con un espíritu humilde
y susceptible de ser enseñado, y examinasen sus teorías a la luz de
la verdad, con la ayuda de los hermanos que han sido diligentes
estudiantes de la Biblia, y al mismo tiempo dirigiesen súplicas a
Dios, preguntando: ¿Es éste el camino del Señor, o es una senda
falsa en la cual Satanás quiere guiarme?, recibirían luz, y escaparían
de la red del cazador.
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Desconfíen todos nuestros hermanos y hermanas de cualquiera
que quisiera fijar una fecha en que el Señor ha de cumplir su palabra
con respecto a su venida, o con respecto a cualquier otra promesa de
significado especial que haya hecho. “No os toca a vosotros saber
los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”.
Pueden los falsos maestros parecer muy celosos por la obra de Dios,
y gastar recursos en presentar sus teorías al mundo y a la iglesia;
pero como mezclan el error con la verdad, su mensaje es engañoso, y
extraviará las almas por senderos falsos. Es necesario hacerles frente
y oponérseles, no porque sean hombres malos, sino porque enseñan
errores y procuran poner sobre la mentira el sello de la verdad.
Cuánta lástima inspira ver a ciertos hombres darse tanto trabajo
para descubrir alguna teoría errónea, cuando hay un alfolí lleno de
preciosas gemas de verdad que podrían enriquecer a todos en la