Página 79 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Amonestaciones fieles y fervientes
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salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos
por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los
días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar
a Jesucristo”.
La misericordia de Dios ejemplificada
Podemos ver qué evidencias fueron dadas a los sacerdotes y a
los príncipes, y cuán firmemente resistieron al Espíritu de Dios. Los
que pretenden poseer sabiduría y piedad superiores pueden cometer
los más terribles y fatales errores (en su propio perjuicio) si permiten
que su mente sea amoldada por otro poder y siguen una conducta
de resistencia al Espíritu Santo. El Señor Jesús, representado por el
Espíritu Santo, se hallaba en aquella asamblea, pero no discernieron
su presencia. Por un momento habían sentido la convicción, obrada
por el Espíritu, de que Jesús era el Hijo de Dios; pero sofocaron
la convicción, y se enceguecieron y endurecieron más que antes.
Aún después de que hubieron crucificado al Salvador, Dios en su
misericordia les había enviado evidencia adicional en las obras
realizadas mediante los apóstoles. Les estaba enviando otro llamado
al arrepentimiento, aun en la terrible acusación que lanzaron contra
ellos los apóstoles de que habían muerto al Autor de la vida.
No era solamente el pecado de entregar a la muerte al Hijo de
Dios lo que los separaba de la salvación, sino su persistencia en
rechazar la luz y la convicción del Espíritu Santo. El espíritu que
obra en los hijos de desobediencia obró en ellos, induciéndolos a
tratar brutalmente a los hombres por cuyo intermedio Dios estaba
presentándoles un testimonio. La rebelión volvió a ensañarse y fue
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intensificándose con cada acto sucesivo de resistencia contra los
siervos de Dios y el mensaje que él les había dado para proclamar.
Resistencia a la verdad
Todo acto de resistencia hace más difícil rendirse. Siendo los
dirigentes del pueblo, los sacerdotes y príncipes creyeron que les co-
rrespondía defender la conducta que habían seguido. Debían probar
que estaban en lo cierto. Habiéndose comprometido por entero en su
oposición a Cristo, todo acto de resistencia llegó a ser un incentivo
adicional para persistir en la misma senda. Los acontecimientos des-