Página 88 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
fera vital del cielo, y se ha sumergido en una atmósfera de niebla
y confusión. Puede ser que algún humilde creyente sea inducido
a practicar este deporte. Pero si mantiene su relación con Cristo,
no podrá participar de corazón en la excitante escena. Las palabras
que oye no concuerdan con su forma de ser, porque no son el len-
guaje de Canaán. Quienes las pronuncian no dan evidencia de estar
alabando a Dios en sus corazones; al contrario, hay una evidencia
inconfundible de que Dios ha sido olvidado. Está ausente de todos
sus pensamientos. Estas fiestas y reuniones deportivas excitantes,
hechas por quienes profesan ser cristianos, son una profanación de
la religión y del nombre de Dios.
Una obra engañosa de Satanás
El tenor de la conversación revela el tesoro del corazón. La
conversación barata, común, las palabras de adulación, las argucias
tontas, dichas para producir risa, son la mercadería de Satanás, y
todos los que se dejan dominar por este tipo de conversación están
traficando con mercadería diabólica. Los que escuchan estas cosas
reciben impresiones similares a las que recibió Herodes cuando la
hija de Herodías danzó ante él. Todas estas actividades son regis-
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tradas en los libros del cielo, y en el gran día final aparecerán en su
verdadera luz ante los culpables. Entonces todos discernirán en ellas
la obra tentadora y engañosa del demonio para conducirlos por la
senda ancha y por la puerta espaciosa que se abre para su ruina.
Profesos cristianos como señuelos de Satanás
Satanás ha estado multiplicando sus trampas en Battle Creek y
usa como señuelo a profesos cristianos que son superficiales en su
carácter y en su experiencia religiosa. Esta clase de personas está
siempre lista para las reuniones de placer y para los juegos, y su
influencia atrae a otros. Jóvenes de ambos sexos que han tratado de
ser cristianos según lo enseña la Biblia son persuadidos a unirse al
grupo y entran en el círculo. No consultaron con oración la norma
divina para saber lo que Cristo ha dicho con respecto al fruto que ha
de llevar el árbol cristiano. No disciernen que estos entretenimien-
tos son realmente un banquete de Satanás, preparado para impedir
que las almas acepten el llamado a la cena de bodas del Cordero;