Página 97 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Amonestaciones fieles y fervientes
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El Señor quiere que estos grandes temas se estudien en nuestras
iglesias, y si cada miembro permitiera que la Palabra de Dios entrara
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en su vida, ésta alumbraría y haría entender a los simples. “¿Quién
hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo?
El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de
Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que todos vosotros encendéis
fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las
teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis
sepultados”. Véase
Isaías 29:13-16, 18-21
. “Así dijo Jehová: No se
alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente,
ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se
hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová,
que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra; porque estas
cosas quiero, dice Jehová”.
Nunca hubo un tiempo en que el Señor quiso manifestar su
grandiosa gracia hacia sus escogidos más plenamente que en estos
últimos días, cuando han invalidado su ley. “Jehová se complació por
amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla”. ¿Qué cosa
dice Dios con respecto a su pueblo? “Mas éste es pueblo saqueado y
pisoteado, todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárce-
les; son puestos para despojo, y no hay quien libre; despojados, y
no hay quien diga: Restituid”. Véase también
Isaías 43
. Estas son
profecías que se cumplirán.
Se nos amonesta a no despreciar el mensaje de Dios
Quiero presentar una amonestación a los que durante años han
resistido la luz [
veasé el Apéndice.
] y albergado un espíritu de opo-
sición. ¿Por cuánto tiempo odiareis y despreciaréis a los mensajeros
de la justicia de Dios? Dios les ha dado su mensaje. Llevan la pala-
bra del Señor. Hay salvación para vosotros, pero sólo a través de los
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méritos de Jesucristo. La gracia del Espíritu Santo os ha sido ofreci-
da una y otra vez. La luz y el poder de lo alto han sido derramados
abundantemente en vuestro medio. Había evidencias para que todos
pudieran discernir a quiénes reconocía el Señor como sus siervos. Pe-
ro hubo quienes despreciaron a los hombres y el mensaje que traían.
Los criticaron duramente tratándolos como fanáticos, extremistas y
maniáticos. Permitidme que profetice acerca de vosotros: A menos