Página 140 - La Temperancia (1976)

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Capítulo 2—El obrero de temperancia
Se demanda obra personal
—La obra misionera no consiste
meramente en predicar. Incluye trabajo personal en favor de los
que han abusado de su salud y se han colocado a sí mismos donde
no tienen poder moral para dominar sus apetitos y pasiones. Ha de
trabajarse tanto por estas almas como por las otras que están más
favorablemente situadas. Nuestro mundo está lleno de personas que
sufren.—
El Evangelismo, 198
.
El ejemplo de dominio propio
—Los que se dominan a sí mis-
mos son aptos para trabajar por los débiles y errantes. Tratarán con
ellos con ternura y paciencia. Por su propio ejemplo mostrarán qué
es lo correcto, luego tratarán de colocar a los errantes allí donde
estarán bajo buenas influencias.
“Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis
leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros,
ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de
volvernos?”
Si alguno de ustedes halla a otros que están en la incertidum-
bre acerca de lo que deben hacer, Uds. deben mostrárselo. Todos
debieran estar empeñados en la obra de salvar almas. Todos debie-
ran estar preparados para dar instrucción acerca de la ciencia de la
salvación.—
Manuscrito 38, 1905
.
Sed compasivos y misericordiosos
—Tratemos de aprender có-
mo alcanzar a la gente. No hay mejor manera de hacerlo que ser
compasivo y misericordioso. Si sabéis de quienes están enfermos
o necesitados de asistencia, ayudadlos tratando de aliviarlos en su
dolencia. Al hacer esta obra, el poder del Señor hablará al alma
mediante ella.—
The General Conference Bulletin, 23 de abril de
1901
.
Ganad por la simpatía y el amor
—Las personas se sienten
atraídas por la simpatía y el amor, y muchos pueden ser ganados
de esta forma a las filas de Cristo y la reforma. Pero no han de ser
obligados ni impulsados. La tolerancia, el candor, la consideración
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