Página 143 - La Temperancia (1976)

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El obrero de temperancia
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delitos y pecados! La inhumanidad del hombre para con el hombre
es nuestro mayor pecado. Muchos se figuran que están representando
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la justicia de Dios, mientras que dejan por completo de representar su
ternura y su gran amor. Muchas veces aquellos a quienes tratan con
aspereza y severidad están pasando por alguna violenta tentación.
Satanás se está ensañando en aquellas almas, y las palabras duras
y despiadadas las desalientan y las hacen caer en las garras del
tentador.—
El Ministerio de Curación, 120, 121
.
No se censure a la oveja extraviada
—La parábola de la oveja
perdida es una eficaz ilustración del amor del Salvador por los que
yerran. El Pastor deja a las noventa y nueve al abrigo del redil
mientras sale a buscar a la oveja perdida, a punto de perecer; cuando
la halla, la pone sobre su hombro, y regresa con regocijo. No buscó
faltas en la oveja descarriada; no dijo: “Que se vaya, si quiere”; sino
que salió por entre el temporal de agua y nieve para salvar a la que
estaba perdida. Pacientemente prosiguió su búsqueda hasta que halló
el objeto de su preocupación.
Así debemos tratar al que yerra, al descarriado. Debiéramos
estar dispuestos a sacrificar nuestra propia comodidad cuando está
en peligro un alma por la cual Cristo murió. Jesús dijo: “Habrá más
gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa
y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento”. Así como se
manifestó gozo por el hallazgo de la oveja perdida, los verdaderos
siervos de Cristo manifestarán gozo y gratitud rebosantes cuando
sea salvada un alma de la muerte.—
Manuscrito 1, 1878
.
Cristo nos mostrará cómo
—Somos invitados a trabajar con
energía más que humana, a obrar con el poder que hay en Cristo
Jesús. El que condescendió a tomar la naturaleza humana es el que
nos mostrará como dirigir la batalla. Cristo dejó su obra en nuestras
manos y hemos de luchar con Dios, impetrando día y noche el poder
invisible. Echando mano de Dios por intermedio de Jesucristo es
como ganaremos la victoria.—
Joyas de los Testimonios 2:399
.
La gratitud de los salvados
—El valor de un alma no puede ser
plenamente comprendido por mentes finitas. ¡Con cuánta gratitud
los rescatados y glorificados recordarán a los que fueron instrumen-
tos para su salvación! Nadie lamentará en aquel día sus esfuerzos
abnegados y labores perseverantes, su paciencia, tolerancia y fervien-
tes anhelos del corazón por las almas que podrían haberse perdido
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