Página 188 - La Temperancia (1976)

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Capítulo 3—Formación de normas de conducta
Comenzad desde la infancia
—Que los padres comiencen una
cruzada contra la intemperancia en sus propios hogares, en sus
propias familias, en los principios que les enseñan a sus hijos a seguir
desde su misma infancia, y pueden esperar el éxito.—
Testimonies
for the Church 3:567
.
Enseñad diligentemente
—Enseñad a vuestros niños desde la
cuna a practicar la abnegación y el dominio propio. ... Inculcad en
sus tiernas inteligencias la verdad de que Dios no nos ha creado
para que viviéramos meramente para los placeres presentes, sino
para nuestro bien final. Enseñadles que el ceder a la tentación es
dar prueba de debilidad y perversidad, mientras que el resistir a
ella denota nobleza y virilidad. Estas lecciones serán como semilla
sembrada en suelo fértil, y darán fruto que llenará de alegría vuestro
corazón.—
El Ministerio de Curación, 300
.
La importancia de comenzar precozmente
—No puede darse
demasiada importancia a la primera educación de los niños. Las
lecciones aprendidas, los hábitos adquiridos durante los años de
la infancia y de la niñez, influyen en la formación del carácter y
la dirección de la vida mucho más que todas las instrucciones y
que toda la educación de los años subsiguientes.—
El Ministerio de
Curación, 293, 294
.
Trascendente influencia de los hábitos tempranos
—En gran
medida, el carácter se forma en los primeros años. Los hábitos
establecidos entonces tienen más influencia en hacer a los hombres
gigantes o enanos en intelecto, que cualquier dote natural; pues los
mejores talentos pueden, por causa de malos hábitos, llegar a torcerse
y debilitarse. Cuanto más temprano en la vida uno contrae hábitos
perjudiciales, más firmemente éstos asirán a su víctima en esclavitud,
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y más ciertamente rebajarán su norma de espiritualidad.—
Counsels
on Health, 112, 113
.
Es difícil desaprender los hábitos establecidos
—Es un asunto
muy difícil desaprender los hábitos que han sido complacidos duran-
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