Página 19 - La Temperancia (1976)

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El comienzo de la intemperancia
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Satanás se halla constantemente alerta para colocar por completo
bajo su dominio a la raza humana. La forma más poderosa en que él
hace presa del hombre es el apetito, que trata de estimular de toda
manera posible.—
Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 177
.
La treta de Satanás para desbaratar el plan de salvación
Satanás había estado en guerra con el gobierno de Dios desde que se
rebeló por primera vez. Su éxito al tentar a Adán y a Eva en el Edén
y la introducción del pecado en el mundo había envalentonado a
este archienemigo. Se había jactado orgullosamente ante los ángeles
celestiales que cuando Cristo apareciese, tomando la naturaleza
humana, sería más débil que él mismo [Satanás] y sería vencido por
su poder.
Se alegró de que Adán y Eva en el Edén no pudieron resistir
sus insinuaciones cuando provocó su apetito. En la misma forma
venció a los habitantes del mundo antiguo, mediante la compla-
cencia del apetito sensual y de las pasiones corruptas. Mediante la
complacencia del apetito había vencido a los israelitas.
Se jactó de que el mismo Hijo de Dios, que estaba con Moisés y
Josué, no podía resistir su poder y conducir al pueblo favorecido por
su elección hasta Canaán, puesto que casi todos los que habían salido
de Egipto murieron en el desierto; también [se jactó] de haber tenta-
do al manso Moisés a atribuirse la gloria que correspondía a Dios.
Mediante la complacencia del apetito y la pasión, había inducido a
David y a Salomón, que habían sido especialmente favorecidos por
Dios, a incurrir en el desagrado de Dios. Y se vanagloriaba de que
aun podría tener éxito en frustrar el propósito de Dios en la salvación
del hombre mediante Jesucristo.—
Redemption; or the Temptation
of Christ in The Wilderness, 32
.
Su tentación más efectiva de hoy
—Satanás se acerca al hom-
bre, como se acercó a Cristo, con sus tentaciones abrumadoras a
complacer el apetito. Bien conoce su poder para vencer al hombre
en este punto. Venció a Adán y a Eva en el Edén en el apetito, y ellos
perdieron su hogar bendito. ¡Qué cúmulo de miserias y crímenes
han llenado nuestro mundo a consecuencia de la caída de Adán!
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Ciudades enteras han sido raídas de la faz de la tierra a causa de
los degradantes crímenes y de la repugnante iniquidad que hacía de
ellas una mancha en el universo. La complacencia del apetito era el
origen de todos sus pecados.