Página 190 - La Temperancia (1976)

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La Temperancia
alegremente, llevándola adelante con infatigable esfuerzo.—
The
Review and Herald, 9 de julio de 1901
.
Aquellos que complacen el apetito de un niño y no le enseñan a
controlar sus pasiones, puede que más tarde vean el terrible error que
han cometido [cuando contemplen] al esclavo amante del tabaco y
bebedor, cuyos sentidos están entorpecidos, y cuyos labios profieren
falsedad y blasfemia.—
Counsels on Health, 114
.
Moldeando el carácter para resistir la tentación
—Los prime-
ros pasos en la intemperancia se dan generalmente en la niñez o en la
temprana juventud. Se da al niño alimento estimulante, y se despier-
tan insaciables apetitos antinaturales. Estos depravados apetitos se
fomentan a medida que se desarrollan. El gusto continuamente llega
a ser más pervertido; se desean estimulantes más fuertes y se gusta
de ellos, hasta que pronto el esclavo del apetito desecha todo freno.
El mal comenzó precozmente en la vida y podría haber sido evitado
por los padres. Presenciamos en nuestro país activos esfuerzos para
reprimir la intemperancia, mas se ha encontrado que es un asunto
difícil subyugar y encadenar al fuerte y completamente desarrollado
león.
Si la mitad de los esfuerzos que se ejercen para detener este
mal gigante fuesen dirigidos hacia la instrucción de los padres en
cuanto a su responsabilidad en formar los hábitos y caracteres de sus
hijos, resultaría un beneficio mil veces mayor que del actual curso
de combatir solamente el desarrollado mal. El apetito antinatural por
licores espirituosos se origina en el hogar, en muchos casos en las
mismas mesas de aquellos que son más entusiastas en principiar las
campañas de temperancia. ...
Los padres no deberían considerar ligeramente la tarea de instruir
a sus hijos. Deberían emplear mucho tiempo en el cuidadoso estudio
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de las leyes que regulan nuestro ser. Su primer objetivo debería ser
aprender la manera adecuada de tratar con sus hijos a fin de que
puedan asegurarles mentes sanas en cuerpos sanos. Demasiados
padres están dominados por la costumbre en vez de estarlo por la
razón sólida y las demandas de Dios. Muchos que profesan ser
seguidores de Cristo son tristemente negligentes de los deberes del
hogar. No advierten la importancia sagrada del depósito que Dios
ha colocado en sus manos a fin de que moldeen los caracteres de
sus hijos para que éstos tengan fibra moral para resistir las muchas