Página 201 - La Temperancia (1976)

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La juventud y el futuro
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asuman su posición como abstemios totales, aun cuando los hombres
que ocupan un elevado sitial en el mundo no tengan el valor moral
para tomar osadamente su firme posición contra un hábito que es
ruinoso para la salud y la vida.—
Carta 166, 1903
.
La influencia de un joven consagrado
—Un joven que ha sido
instruido por la recta enseñanza hogareña llevará sólidas maderas en
el edificio de su carácter, y por su ejemplo y vida, si sus facultades
son empleadas debidamente, llegará a ser un poder en nuestro mundo
para conducir a otros hacia arriba y hacia adelante en el camino de la
justicia. La salvación de un alma es la salvación de muchas almas.—
The Review and Herald, 10 de julio de 1888
.
Tejiendo una tela de hábitos
—Recordad que estáis diariamen-
te tejiendo para vosotros mismos una tela de hábitos. Si estos hábitos
están de acuerdo con la regla bíblica, estáis dando cada día pasos
hacia el cielo, creciendo en gracia y el conocimiento de la verdad;
y Dios os dará sabiduría como se la dio a Daniel. No elijáis los
caminos de complacencia egoísta. Practicad hábitos de estricta tem-
perancia y sed cuidadosos en guardar santamente las leyes que Dios
ha establecido para gobernar vuestro ser físico. Dios tiene derechos
sobre vuestras facultades: Por eso es pecado la negligente desaten-
ción a las leyes de la salud. Cuanto mejor observéis las leyes de la
salud, más claramente podréis discernir las tentaciones y resistirlas, y
más claramente podréis discernir el valor de las cosas eternas.—
The
Youth’s Instructor, 25 de agosto de 1886
.
El ejemplo de Daniel
—Ningún joven o señorita podría ser más
penosamente tentado que Daniel y sus compañeros. A estos cuatro
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jóvenes hebreos se les asignó su ración de vino y carne de la mesa
del rey. Pero ellos eligieron ser temperantes. Vieron que había peli-
gro por doquiera, y que si ellos habían de resistir la tentación, debían
hacer esfuerzos más decididos de su parte, y confiar los resultados a
Dios. El joven que desee resistir como Daniel resistió debe ejercer
sus facultades espirituales al máximo, cooperando con Dios y con-
fiando totalmente en el poder que Dios ha prometido a todo el que
viene a él en humilde obediencia.
Hay una constante guerra que debe reñirse entre la virtud y el
vicio. Los elementos discordantes de uno, y los puros principios
de la otra, están luchando por la supremacía. Satanás está aproxi-
mándose a cada alma con alguna forma de tentación tocante a la