Página 21 - La Temperancia (1976)

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Capítulo 3—El deterioro por la complacencia del
apetito
El alimento que comemos y la vida que vivimos
—La compla-
cencia del apetito es la causa más importante de la debilidad física y
mental y es el cimiento de la flaqueza que se nota por doquiera.—
Joyas de los Testimonios 1:417
.
Nuestra salud física es conservada por lo que comemos; si nues-
tros apetitos no están bajo el control de una mente santificada, si no
somos temperantes en todo lo que comemos y bebemos, no estare-
mos en un estado mental y físico sano para estudiar la Palabra con
el propósito de aprender lo que dicen las Escrituras: ¿Qué haré para
tener la vida eterna? Todo hábito malsano producirá una condición
malsana en el sistema, y la delicada y viviente maquinaria humana
del estómago resultará perjudicada, y no podrá realizar su trabajo
debidamente. El régimen alimenticio tiene mucho que ver con la
disposición a entrar en la tentación y cometer pecado.—
Consejos
sobre el Régimen Alimenticio, 61
.
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Adán y Eva fracasaron en esto
—Por ceder a la tentación de
satisfacer el apetito, Adán y Eva cayeron al principio de su elevado,
santo y feliz estado. Y a la misma tentación se debe el que los
humanos se hayan debilitado. Han consentido en que el apetito y
la pasión ocupen el trono y reduzcan la razón y la inteligencia a la
esclavitud.—
La Educación Cristiana, 19
.
Sus hijos los han seguido
—Eva fue intemperante en sus deseos
cuando extendió la mano para tomar el fruto del árbol prohibido.
La complacencia propia ha reinado casi suprema en el corazón de
hombres y mujeres desde la caída. Han complacido especialmente
el apetito y han sido dominados por él, en vez de serlo por la razón.
Por complacer su gusto, Eva transgredió el mandamiento de Dios.
El le había dado todo lo que sus necesidades requerían, pero ella no
se quedó satisfecha.
Desde entonces sus hijos e hijas caídos han seguido siempre los
deseos de sus ojos y de su gusto. Como Eva, han desobedecido las
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