Capítulo 2—La firma de la promesa
Cada adventista debe firmar
—Por la luz que Dios me ha da-
do, cada miembro entre nosotros debiera firmar la promesa y estar
relacionado con la asociación de temperancia.—
The Review and
Herald, 21 de octubre de 1884
.
Firmad y animad a otros a firmar
—He aquí una obra abierta
ante los jóvenes, los de edad madura y los ancianos. Cuando la
promesa de temperancia os es presentada, firmadla. Más que eso,
resolved poner todas vuestras energías contra el mal de la intem-
perancia, y animad a otros que están tratando de hacer una obra
de reforma en el mundo.—
The Review and Herald, 14 de enero de
1909
.
Firme todo joven cada promesa presentada
—La intemperan-
cia y la profanidad y la disipación son hermanas. Que cada joven
temeroso de Dios ciña la armadura y avance al frente. Coloquen
los jóvenes su nombre en cada promesa de temperancia presentada.
Presten así su influencia en favor de firmar la promesa, e induzcan
a otros a firmarla. Que ninguna débil excusa los disuada de dar ese
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paso. Trabajen por el bien de sus propias almas y por el bien de
otros.—
The Youth’s Instructor, 16 de julio de 1903
.
Firme el bebedor
—Traten los obreros de la temperancia de
inducir al bebedor a firmar una promesa que de aquí en adelante él
no usará licor embriagante. Esto es bueno.—
Manuscrito 102, 1904
.
Firmen los hijos del bebedor. Un llamamiento
—Que ni una
gota de vino o licor pase por sus labios, pues en su uso hay locura
y dolor. Prometed vosotros mismos que os abstendréis totalmente,
pues ello es vuestra única seguridad. ... No permitáis que por vuestras
palabras y vuestro ejemplo un hijo llegue a ser agente de Satanás para
tentar a uno de los miembros de la familia a tomar la iniciativa para
complacer y despertar el demonio del apetito que echó a perder la
vida del padre y lo envió prematuramente a la tumba.—
Manuscrito
25, 1893
.
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