Capítulo 7—El llamado a la cosecha
Es tiempo de que trabajemos
—Hermanos y hermanas, ¿no es
tiempo de que trabajemos? ¿No es tiempo de que despertemos los
dones que Dios nos ha dado, de que nos llenemos de un celo que no
hemos tenido todavía? ¿Y no es tiempo de que nos plantemos como
Caleb, pasemos al frente, levantemos nuestras voces y clamemos
contra los rumores que circulan en nuestro derredor? ¿No somos
capaces de poseer la tierra? Con Dios podemos realizar una potente
obra en el ramo de la temperancia.—
Manuscrito 3, 1888
.
¿Quién ayudará?
—Todos en derredor de nosotros son víctimas
del apetito depravado, ¿y qué estáis haciendo por ellos? ¿No podéis
ayudarles, mediante vuestro ejemplo, a poner sus pies en el camino
de la temperancia? ¿Podéis percataros de las tentaciones que les
sobrevienen a los jóvenes que crecen junto a nosotros, y no tratar
de advertirlos para salvarlos? ¿Quién permanecerá del lado del
Señor? ¿Quién ayudará a contener esta marea de inmoralidad, dolor
y miseria, que está llenando el mundo?—
Christian Temperance and
Bible Hygiene, 40
.
Nuestro día de oportunidad
—La intemperancia de todo tipo
está tomando cautivo al mundo, y los que en este tiempo son verda-
deros educadores, los que instruyen en la abnegación y el sacrificio
propios, tendrán su recompensa. Ahora es nuestro tiempo, ahora
es nuestra oportunidad para realizar una obra bendecida.—
Medical
Ministry, 25
.
Somos responsables
—Somos responsables de los males que po-
dríamos haber refrenado en otros mediante la reprensión, mediante
la advertencia, mediante el ejercicio de la autoridad paternal o pasto-
ral, como si nosotros fuésemos culpables de los actos.—
Testimonies
for the Church 4:516
.
Avivad la obra de la temperancia
—La causa de la temperancia
necesita ser reavivada como nunca lo ha sido aún.—
The Review and
Herald, 14 de enero de 1909
.
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