Página 302 - La Temperancia (1976)

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La Temperancia
y los quemó, y murieron delante de Jehová. Entonces dijo Moisés
a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí
se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré
glorificado. Y Aarón calló... Y Jehová habló a Aarón, diciendo: Tú
y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el
tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será
para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo
profano, y entre lo inmundo y lo limpio”. Las mentes de Nadab y
Abiú estaban anubladas debido a la intemperancia, y en lugar de
tomar el fuego que Dios les había ordenado, tomaron fuego común,
y Dios los destruyó. Si se hubieran abstenido de vino, hubieran
distinguido la diferencia entre lo sagrado y lo común. Pero fueron
directamente en contra de los requisitos de Dios.
Una causa de accidentes
—Leemos de desastres en barcos, y
accidentes en ferrocarriles, ¿y qué pasa? En muchísimos casos,
alguien ha tenido nublada su mente con bebidas embriagantes. No
sintió el peso de la responsabilidad que descansaba sobre él. Se han
perdido muchísimas vidas debido a que alguien se embriagó. El
hombre que puso la botella en los labios de su prójimo será culpable
de algunas muertes.
En los días de la antigüedad, cuando un hombre tenía un animal
malo, tenía que pagar por él. “Si un buey acorneare a hombre o a
mujer, y a causa de ello muriere, el buey será apedreado, y no será
comida su carne mas el dueño del buey será absuelto. Pero si el
buey fuere acorneador desde tiempo atrás, y a su dueño se le hubiere
notificado, y no lo hubiere guardado, y matare a hombre o mujer el
buey será apedreado, y también morirá su dueño”.
Éxodo 21:28, 29
.
Queremos aplicar este principio a los que preparan el mortífero
veneno. Aquí está la ley que el Dios del cielo dio para que rigiera
en el caso de los animales malos. Cristo está procurando salvar, y
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Satanás destruir. Os pido a los que tenéis facultades de razonamiento,
que penséis en esto. El embriagado está privado de su razón. Se
presenta Satanás y se posesiona de él y lo imbuye con su espíritu;
y su primer deseo es golpear o matar a alguno de sus amados. Sin
embargo, los hombres permiten que prosiga esta maldición que hace
que el hombre sea inferior que las bestias. ¿Qué ha ganado el ebrio?
Nada sino el cerebro de un loco. Y aquí [en Estados Unidos] las