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La Única Esperanza
nado. En esas fiestas una carencia así se interpretaba como falta de
hospitalidad y constituía una vergüenza.
Le dijeron a Cristo lo que había sucedido y él pidió a los siervos
que llenaran con agua seis grandes tinajas de piedra. Entonces orde-
nó: “Sacad ahora un poco y presentadlo al encargado del banquete”.
Juan 2:8
.
El agua salió de las tinajas transformada en vino, de mejor cali-
dad que el que habían servido antes, y hubo en cantidad suficiente
para todos.
Después de esta manifestación, Jesús se alejó tan silenciosamente
que los invitados se enteraron del milagro cuando él ya se había
retirado.
El regalo de Cristo en esa fiesta de bodas fue un símbolo: el
agua representaba el bautismo, y el vino su sangre, que había de ser
derramada por el mundo.
El mosto que hizo Jesús no era fermentado. Siendo que esa
clase de vino causa embriaguez y otros grandes males, Dios ha
prohibido su consumo. El nos dice: “El vino es escarnecedor, la sidra
alborotadora; ninguno que por su causa yerre es sabio”.
Proverbios
20:1
. “Muerde como una serpiente, causa dolor como un áspid”.
Proverbios 23:32
.
El mosto utilizado en la fiesta fue el jugo de uva puro y dulce.
Era igual que aquel al cual el profeta Isaías se refiere como “mosto
en un racimo”; y dice que “bendición hay en él”.
Isaías 65:8
.
El hecho de que Jesús asistiera a aquella fiesta de bodas, revela
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que es correcto reunirse en una forma placentera. Le gustaba ver
feliz a la gente. A menudo la visitaba en sus hogares y trataba
de hacer que olvidara sus preocupaciones y problemas, y pensara
en la bondad y el amor de Dios. En todas partes Cristo trataba de
hacer esto mismo. Siempre que encontraba un corazón abierto para
recibir el mensaje divino, le presentaba las verdades del camino de
la salvación.
La mujer de Samaria
Un día, al pasar por Samaria, se sentó junto a un pozo a descansar.
Una mujer vino a sacar agua y él le pidió de beber.