Página 72 - La

Basic HTML Version

68
La Única Esperanza
Los discípulos se sintieron ofendidos cuando vieron que el Sal-
vador no realizaba ningún esfuerzo para liberarse de sus enemigos.
Lo culparon por no haberlo hecho. No podían entender su sumisión
a la turba, y, presa del terror, lo abandonaron y huyeron.
Cristo había predicho esta deserción. Había dicho: “La hora
viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su
lado y me dejaréis solo; pero no estoy solo, porque el Padre está
conmigo”.
Juan 16:32
.
[102]