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Capítulo 20—Pilato defiende a Jesús
Después que Cristo fuera condenado por los jueces del Sanedrín,
lo llevaron de inmediato ante Pilato, el gobernador romano, para que
la sentencia fuese confirmada y ejecutada.
Los sacerdotes y gobernantes judíos no podían entrar personal-
mente en la sala de juicio de Pilato, porque según la ley ceremonial
de su nación, se habrían contaminado dejándolos inhabilitados para
tomar parte en la fiesta de la Pascua.
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En su ceguera no vieron que Cristo era el verdadero Cordero
pascual, y que al rechazarlo, esta gran fiesta había perdido para ellos
su significado.
Cuando Pilato contempló a Jesús, vio a un hombre de noble
aspecto y de rostro digno. Ningún rastro de crimen podía verse en
su semblante. Pilato se volvió a los sacerdotes y les preguntó:
“¿Qué acusación traéis contra este hombre?”
Juan 18:29
.
Sus acusadores no querían hablar de cosas particulares, de ma-
nera que no estaban preparados para esta pregunta. Sabían que no
tenían ninguna evidencia cierta por la cual el gobernador romano
pudiera condenarlo. De manera que llamaron a los falsos testigos en
su ayuda. “Y comenzaron a acusarlo, diciendo:
“Hemos encontrado que este pervierte a la nación, y que prohíbe
dar tributo a César diciendo que él mismo es el Cristo, un rey”.
Lucas
23:2
.
Esto era falso, pues Cristo mismo había aprobado el pago del
tributo a César. Cuando los escribas habían tratado de entramparlo
con respecto a este tema, él había dicho:
“Dad, pues, a César lo que es de César”.
Mateo 22:21
.
Pilato no fue engañado por el testimonio de los falsos testigos.
Se volvió al Salvador y le preguntó:
“¿Eres tú el Rey de los judíos?”
Jesús contestó: “Tú lo dices”.
Mateo 27:11
.
Cuando oyeron esta respuesta, Caifás y los que estaban con él
pidieron a Pilato que fuera testigo de que Jesús había admitido el
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