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Condenado por Pilato
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Por fin, perdiendo toda paciencia ante su crueldad irrazonable y
vengadora, Pilato les dijo:
“Tomadlo vosotros y crucificadlo, porque yo no hallo delito en
él”.
Juan 19:6
.
Pilato se lava las manos
Pilato trató seriamente de liberar al Salvador, pero los judíos
clamaron:
“Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace
rey, a César se opone”.
Juan 19:12
.
Esto significaba tocar a Pilato en un punto débil. Sabía que el
gobierno romano sospechaba de su lealtad y un informe de esta
naturaleza sería su ruina.
“Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más albo-
roto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo:
[125]
“Inocente soy yo de la sangre de este justo. Allá vosotros”.
Mateo
27:24
.
En vano Pilato trató de liberarse de la culpa de condenar a Je-
sús. Si hubiera actuado con prontitud y firmeza desde el principio,
sosteniendo lo que era justo, su voluntad no hubiera sido subyugada
por la turba y no hubieran tenido la presunción de imponer ellos su
deseo.
Su vacilación e indecisión provocaron su ruina. Vio que no podía
librar a Jesús y a la vez retener su propio honor y posición.
Antes que perder su poder terrenal, eligió sacrificar una vida
inocente. Sometiéndose a las demandas de la chusma, de nuevo hizo
azotar a Jesús y lo entregó para ser crucificado.
Pero a pesar de sus precauciones, lo que temía ocurrió más tarde.
[126]
Sus honores le fueron quitados, fue despojado de su alta posición
y, atormentado por el remordimiento y el orgullo herido, no mucho
después de la crucifixión puso fin a su propia vida.
Así, todos los que transigen con el pecado cosechan sólo dolor y
ruina. “Hay camino que al hombre parece derecho; pero es camino
que lleva a la muerte”.
Proverbios 14:12
.
Cuando Pilato se declaró inocente de la sangre de Cristo, Caifás
contestó desafiante: “Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros
hijos”.
Mateo 27:25
.