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La gloria del Calvario
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Luego Pilato escribió una inscripción en latín, griego y hebreo, y
la hizo colocar en la cruz, por encima de la cabeza de Cristo, donde
todos pudieran verla. Decía lo siguiente:
“Jesús Nazareno, Rey de los judíos”.
Juan 19:19
.
Estas palabras molestaron a los judíos, quienes pidieron que
fueran cambiadas. El príncipe de los sacerdotes dijo:
“No escribas: ‘Rey de los judíos’, sino: ‘Este dijo: Soy rey de
los judíos’”.
Juan 19:21
.
Pero Pilato estaba enojado consigo mismo a causa de su anterior
debilidad. También despreciaba con todas sus fuerzas a los celosos
y malvados príncipes, de manera que contestó:
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“Lo que he escrito, he escrito”.
Juan 19:22
.
Los soldados se repartieron entre sí las vestiduras de Jesús.
Discutieron entre ellos porque todos querían la túnica que era de una
sola pieza, sin costura. Finalmente el asunto se arregló por sorteo.
El profeta de Dios había predicho que harían esto cuando escribió:
“Perros me han rodeado, me ha cercado una banda de malignos;
desgarraron mis manos y mis pies.
“...Partieron entre sí mis vestidos y sobre mi ropa echaron suer-
tes”.
Salmos 22:16, 18
.
Tan pronto como Jesús fue elevado en la cruz, ocurrió una escena
terrible. Los sacerdotes, los príncipes y los escribas se unieron con la
turba para insultar y burlarse del Hijo de Dios que moría. Le dijeron:
“Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo”.
Lucas 23:37
.
“A otros salvó, pero a sí mismo no puede salvar. Si es el Rey de
Israel, que descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en
Dios; líbrelo ahora si le quiere, porque ha dicho: Soy Hijo de Dios”.
Mateo 27:42, 43
.
“Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabezas y diciendo:
¡Bah!, tú que derribas el templo de Dios y en tres días lo reedificarías,
sálvate a ti mismo y desciende de la cruz”.
Marcos 15:29, 30
.
Cristo hubiera podido descender de la cruz. Pero si él hubiera
hecho eso, nunca podríamos haber sido salvados. Por nuestra causa
estaba dispuesto a morir.
“Mas él herido fue por nuestra rebeliones, molido por nuestros
pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas
fuimos nosotros curados”.
Isaías 53:5
.
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