Página 136 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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La Verdad acerca de los Angeles
Creyendo que el carácter angélico que había asumido no había
sido detectado, ahora Satanás se preparó para hacer dudar a Cristo
de su divinidad.—
The Spirit of Prophecy 2:91
.
La primera tentación
Satanás entonces razonó con Cristo: Si las palabras habladas
después de su bautismo eran en verdad las palabras de Dios, él era
el Hijo de Dios y por lo tanto no tenía razón de pasar hambre. Podía
dar prueba de su divinidad y mostrar su poder, convirtiendo en pan
las piedras del desolado desierto.—
Redemption Series, 1:48
.
Satanás le dijo a Cristo que su misión salvadora le requería
colocar sus pies en el sendero manchado de sangre, pero que no
le era necesario transitar por él. Como Abrahán, debía ser probado
para que mostrase obediencia. Aparentando ser el mismo ángel que
había detenido la mano de Abrahán para que no sacrificase a Isaac,
le dijo que había sido enviado para detener su ayuno y salvar su
vida. No necesitaba ni soportar el hambre ni morir de inanición.
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El había venido en su ayuda para hacer más llevadero el plan de
salvación.—
The Review and Herald, 4 de agosto de 1874
.
Entonces [Satanás] llamó la atención de Cristo a su propia apa-
riencia angelical. Vestido de luz y poder, reclamó ser un mensajero
venido directamente del trono celestial, y declaró que tenía derecho
a demandar de Cristo evidencias de que era el Hijo de Dios.—
The
Review and Herald, 4 de agosto de 1874
.
Fue en sus palabras, y no en su apariencia, donde el Salvador
reconoció al enemigo.—
The Review and Herald, 22 de julio de
1909
.
Al tomar la naturaleza humana, Cristo no mantuvo la apariencia
de los ángeles del cielo. Fue una de las humillaciones que aceptó
voluntariamente con el fin de llegar a ser el Redentor del mundo.
Satanás insistía que si él era realmente el Hijo de Dios, debía dar
evidencia de su exaltado carácter. Sugirió que Dios no permitiría
que su Hijo llegara a estar en una condición tan deplorable. Declaró
que uno de los ángeles del cielo había sido deportado a la tierra,
y que su apariencia indicaba que en lugar de ser el Rey del cielo,
él era, en verdad, el ángel caído. Llamando la atención a su propia